Un canto al poder creador de la palabra. Un homenaje a los viejos. Una invitación al diálogo. Un rescate de la narración oral. En este libro, el escritor artiguense juega, una vez más, con las fronteras, no sólo las geográficas y las lingüísticas, sino también aquellas que separan la vida de la muerte.
“Vine a Comala
porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.” El comienzo de
la novela de Rulfo también podría ser el inicio de Sepultura, con
algunas salvedades: quien realiza la búsqueda es una nieta y desde el inicio
sabemos que llega al pueblo tras el rastro de la voz de los que ya no están.
Pero ¿quiénes narran la historia? ¿Los vivos, los muertos?
RUMBO NORTE. No es la primera vez que Severo se posiciona en la frontera para hablar sobre ella. Recordemos sus tres ...
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