Cuando en la pasada primavera boreal el coronavirus se expandía por todo el mundo, cierto optimismo se empezó a difundir en Italia. A pesar de ser el primer país de Occidente donde el virus se propagaba masivamente y del durísimo impacto que tenía en algunas regiones, la sensación de resistencia colectiva a la crisis cohesionaba a la población y alimentaba un poco el orgullo nacional. Al 16 de noviembre, de los países europeos comparables por su tamaño, sólo Alemania aguanta mejor los embates de la segunda ola, con 800 mil casos y unos 12.500 fallecidos. En cambio, Francia ya alcanza los 2 millones de positivos, y Gran Bretaña y España llegan al millón y medio. Italia tiene 1,2 millones y un número similar de muertos al de los tres ejemplos anteriores: entre 40 mil y 50 mil. Sin embargo, a...
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