La cancha del Club Social y Deportivo Villa Española, con el césped corto pero algo reseco, estaba vacía. Allí algunos pájaros hacían una breve pausa para continuar su vuelo. Las tribunas estaban desiertas: no había ningún hincha contra el alambrado gritando el gol del club de sus amores. Pero los carteles que promovían el aliento, la pasión y la motivación, y condenaban la discriminación, la homofobia y el racismo seguían colgados.
Varios rincones del estadio Obdulio Varela están intervenidos con pinturas de futbolistas locales e internacionales que se han comprometido más allá del fútbol. En una de las paredes está Justin Fashanu, el primer jugador que se declaró homosexual (en Inglaterra, en 1990); también están los brasileños Sócrates, quien luchó por la democracia en un país que lleva...
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