En el período 2011-2012 fueron siete las mujeres trans asesinadas y en la mayoría de los casos los cuerpos no fueron reclamados por las familias. No fue el caso de Kiara Silva, asesinada a los 25 años, en el Prado, en Montevideo. Sin embargo, su cuerpo fue entregado con la orden de no abrir el cajón. Tres pertenencias de la víctima no fueron devueltas a la familia: un corpiño rosado, un celular y un anillo con el escudo policial.
A la mañana del día siguiente al asesinato, la madre de Silva suponía que su hija dormía en su cuarto. Se enteró de que no era así con la llamada de la seccional 7.ª, en la que le avisaban que habían encontrado el cuerpo de su «hijo». La noche anterior, cerca de las 22 horas, luego de recibir una llamada, la víctima se despidió de su familia y salió diciendo que i...
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