La otra variante - Semanario Brecha
Ómicron y la desigualdad

La otra variante

Mientras surgen nuevas mutaciones del covid-19 en las zonas del mundo con menor acceso a la inmunización, las soluciones para los problemas de producción y acaparamiento de vacunas, como la supresión de las patentes, siguen bloqueadas.

Mural de la diosa hindú Durga en Mumbai Afp, Punit Paranjpe

No es casualidad que Sudáfrica, zona que se señala como origen de la variante ómicron, pidiera hace más de un año la suspensión de las patentes de las vacunas. Como país pobre y víctima de la desigualdad en el acceso a los medicamentos, desde antes de que pusiera la primera vacuna contra el covid-19 ya alertó de que gran parte del mundo se quedaría atrás en la inmunización. Por esto, junto con India, defendió en octubre de 2020, en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que la pandemia era un problema global, que no se resolvería en un solo continente y que había que trabajar para que esto dejase de ser un lema y se convirtiera en una realidad (véase «Militar la patente», Brecha, 15-I-21).

Los países ricos siempre hicieron caso omiso a las advertencias de ambos países, a las que pronto se sumaron numerosos expertos y organizaciones civiles de todo el mundo (véase «Es urgente liberar las patentes», Brecha, 30-IV-21). En este sentido, Irene Bernal, investigadora de Salud por Derecho –una de las asociaciones internacionales que más ha trabajado en este ámbito–, declara que la variante ómicron no es una consecuencia «imprevista» de la desigualdad. «Es un hecho que ya se ha consumado, pero que llevamos advirtiendo desde hace mucho tiempo», asevera.

Desde el punto de vista epidemiológico, la experta pide que se apliquen políticas adaptadas a la realidad: los virus se hacen fuertes en las zonas en las que no hay una población inmunizada y, en una sociedad globalizada, en la que se puede cruzar el mundo en 24 horas, pueden moverse muy fácilmente. «Por esto van a seguir pasando situaciones como la actual y seguirán surgiendo mutaciones. Los países tienen que estar preparados para las pandemias, pero también para dar respuestas globales, eliminando las barreras que impidan llegar a los objetivos de inmunización y evitando medidas parciales y regionales», explica.

En este punto, compartir la tecnología de las vacunas, transferir el conocimiento y liberar las patentes es fundamental, según la experta, así como según muchísimos epidemiólogos, exlíderes mundiales y mandatarios que se han pronunciado en este sentido durante la pandemia. De hecho, en la OMC ya hay una clara mayoría de países a favor de la liberación de las patentes. Y es que el mapa de vacunados en el mundo es desalentador. Al menos en 24 países se ha vacunado a menos del 10 por ciento de la población y hasta en 38 a menos del 20 por ciento, según datos de Our World in Data. En la República Democrática del Congo, por ejemplo, solo se ha inmunizado al 0,2 por ciento de la población. En Burundi la situación es aun peor y solo se ha llegado al 0,01 por ciento. Por continentes, la desigualdad también se ve de una forma evidente: mientras que en Europa el número de dosis administradas cada 100 personas es de 131,66, en África es de 18,50.

CIERRES DE FRONTERAS

Hoy en el mundo se puede diferenciar entre dos tipos cierres de fronteras ante la ómicron. Son pocos los gobiernos que han decidido un cierre completo, como en Japón o Israel, mientras que en Europa el cierre ha sido solo para las personas procedentes de África del Sur. El epidemiólogo Pedro Gullón y el investigador y médico Salvador Macip creen que la europea es una medida ineficaz porque, como se podía esperar, ya existen varios casos de la variante en Europa. «Es difícil saber qué países deberían estar en la lista negra. O se cierra todo o no se sabe por dónde va a entrar. Por esto, la eficacia real del cierre de fronteras es muy limitada y no es una solución absoluta», argumenta Macip. Pero, además, Gullón señala que hay cierto «sesgo» a la hora de cerrar fronteras por parte de Europa y otros países ricos y, en ese sentido, recuerda que estas no se cerraron cuando se conoció que la variante delta era mayoritaria en Reino Unido.

De hecho, hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha censurado la cancelación de vuelos al sur de África. «Con la variante ómicron detectada en varias regiones del mundo, decretar prohibiciones de vuelo a África ataca la solidaridad internacional. El covid-19 explota constantemente nuestras divisiones. Solo conseguiremos vencer al virus si trabajamos juntos para lograr soluciones», ha defendido la directora de la oficina de la OMS para el continente, la doctora Matshidiso Moeti, tras recordar que la ómicron en realidad solo se ha detectado en dos países africanos (Sudáfrica y Botsuana). Sudáfrica ha dicho sentirse «castigada» por contribuir a la pandemia y comunicar rápidamente el haber detectado la nueva variante.

¿UNA NUEVA OPORTUNIDAD?

Desde el comienzo de las campañas de vacunación en el mundo, la OMS ha pedido constantemente que los países cooperen para conseguir una distribución más equitativa de las vacunas. Esta vez, ha reclamado que se apoyen los objetivos de vacunar al 40 por ciento de la población de todos los países para finales de este año y al 70 por ciento para mediados del próximo. Ciento tres países aún no han alcanzado la meta del 40 por ciento y más de la mitad de ellos corren el riesgo de no alcanzarla antes de fin de año, según las declaraciones del director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recogidas recientemente por Europa Press.

Sin embargo, las herramientas actuales impulsadas por la OMS no han funcionado y los países afectados por la falta de vacunas han vuelto a reclamar en la OMC que se suspendan las patentes. Aunque la ómicron también ha afectado el funcionamiento de esta institución, ya que, tras conocerse la propagación de la nueva variante, se ha suspendido de forma indefinida la cumbre ministerial en la que se iba a debatir esta cuestión.

Como explica Bernal, la propuesta se puede tratar en el Consejo de Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio. Sin embargo, el debate en esta instancia ha estado bloqueado hasta ahora por los países ricos y, en especial, por la Unión Europea. De hecho, los Estados ni siquiera consiguieron llegar a un acuerdo sobre una comunicación previa para enviar a la cumbre ministerial. Según fuentes diplomáticas de Ginebra, Sudáfrica sentenció en la última reunión informal que no se puede responder a una pandemia sin una exención de los derechos de propiedad intelectual y que el nivel de participación y diálogo sobre esta cuestión fue «decepcionante», ya que algunas delegaciones se negaron rotundamente a negociar sobre ello.

(Tomado de Público, «Los países ricos actúan ante ómicron con medidas estériles y sin atajar el problema de la inequidad de las vacunas».)

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