Fue quien mejor entendió a Hollywood y quien primero supo por qué el sueño del cine clásico había llegado a su fin a fines de los cincuenta. También quien se pasó toda la vida volviendo a las grandes películas y a los grandes directores para homenajearlos, pero también para resetear un modelo exhausto. Quienes piensen que Quentin Tarantino es el director cinéfilo por definición, es mejor que reculen hasta Peter Bogdanovich. La historia de cómo llegó a hacer su primera película y de las decisiones que tomó es bien interesante, porque, a pesar de que Míralos morir (Targets, 1967) poco tiene que ver con lo que vino inmediatamente después, habla a las claras de su ingenio e inteligencia (que no son lo mismo) y, sobre todo, de sus ideas sobre el cine.
Como muchas otras cosas, el nuevo cine amer...
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