Para muchos los drones pueden ser un asunto molesto: pequeños, silenciosos, prácticamente imperceptibles, invaden nuestro cielo filmándonos sabe quién para qué propósito. Para colmo, los drones pueden ser comprados por cualquier hijo de vecino y hasta pueden ser manejados desde un smartphone. En algunas zonas entorpecen el tránsito aéreo, pero últimamente son los mismos gobiernos los que miran al cielo con plena desconfianza. Un dron en las manos equivocadas podría transportar explosivos, quizá ser utilizado para detonar contra edificios. Hasta tienen la capacidad de transportar armas químicas, nucleares y de fuego, gases venenosos o proyectiles. Pero como se trata de una tecnología relativamente novedosa, su regulación está aún en pañales.
Como sea, estos artilugios voladores inquietan a unos cuantos, y en ciertas ciudades se han vuelto tan comunes que existen ya varias tecnologías para combatirlos. De hecho, ya existe el Drone Defender, un rifle antidrones desarrollado por la empresa Battelle. Dotado de una gran antena direccional, se apunta hacia el objeto aéreo y se le dispara una señal de radio que bloquea sus comunicaciones y lo hace perder contacto con su controlador. De esta manera el dispositivo entra en su protocolo de seguridad, por lo que puede quedar estático en un punto hasta recuperar la comunicación, descender lentamente hasta tocar el suelo o volver a su punto de origen, dependiendo del modelo.
Pero ahora la policía holandesa está considerando un novedoso e insólito nuevo mecanismo para combatirlos. Es así que una iniciativa llevada adelante por la empresa privada Guard From Above está siendo estudiada para implementarse oficialmente este año. Se trata de águilas entrenadas especialmente para la captura de estos ingenios voladores. La página web de la empresa señala que es “la primera compañía en el mundo en utilizar aves de presa para interceptar drones hostiles”. Es que estos rapaces han demostrado ser muy eficientes a la hora de avistar y apresar un dron; sus garras son sumamente poderosas y hasta pueden volar cargando presas más pesadas que ellos. Pero además son animales que instintivamente se las ingenian para aferrar a los artefactos evitando tocar sus hélices.
La iniciativa se encuentra aún en una fase de pruebas; la policía holandesa está llevando adelante tests en los que verifica la efectividad de las águilas y su éxito al interceptar los drones, apresarlos y dejarlos en el suelo. También se evalúa que estos operativos no sean peligrosos para las aves.