“Una cuestión de tiempo”
Ya se ha dicho que a la mayor parte de las comedias de cualquier origen que asoman en la cartelera les falta ingenio y les sobra vulgaridad, una generalización que el guionista inglés Richard Curtis había sabido eludir en un par de títulos como Cuatro bodas y un funeral (1994) y Notting Hill (1999).
Una habilidad especial para delinear personajes dispares le volvió a servir poco después para concebir Realmente amor (2003), una historia más complicada que él mismo dirigió aunque pagando alto precio por el exceso de ambición que traía consigo un complejo entrecruzado de episodios y demasiada gente involucrada en una trama que no lograba controlar. En la presente oportunidad, sin embargo, la ocurrencia de que alguien tenga el poder de volver atrás en el tiempo pa...
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