Cada día canta mejor - Semanario Brecha

Cada día canta mejor

El ensayo “Los cuerpos de Lenin, la ciencia oculta de la soberanía comunista”, del profesor de antropología social de la Universidad de California Alexei Yurchak, explica el cuidado que se desarrolló para preservar el cuerpo embalsamado de Vladimir Ilyich Ulyanov, que ya cumplió 145 años el pasado 22 de abril.

Lenin

Hace 91 años que está acostado en esa postura de quien reposa eternamente. Con los ojos cerrados, las pestañas impolutas, las cejas perfectas, la piel limpia.

La verdad es que los 145 casi no se le notan, y eso que recibe gente todos los días. En realidad sigue igual que cuando murió en 1924, a sus jóvenes 53 años. El mundo ha cambiado tanto que parece increíble verlo ahí, igualito a como aparece en las imágenes y las viejas películas.
Vladimir Ilyich Ulyanov –Lenin para casi todos–, o mejor dicho su cuerpo, cumplió 145 años el 22 de abril, y la revista Scientific American publicó un artículo sobre los métodos de embalsamamiento que se aplican al líder soviético. “Generaciones de científicos rusos pasaron casi un siglo ajustando técnicas de preservación que han mantenido la apariencia, suavidad y flexibilidad del cuerpo de Lenin (…). El trabajo de conservarlo está en manos de un instituto conocido en tiempos pos soviéticos como el Centro para Investigaciones Científicas y Enseñanza de Métodos en Tecnologías Bioquímicas, de Moscú. Un grupo central de cinco o seis anatomistas, bioquímicos y cirujanos, conocidos como el ‘Grupo del Mausoleo’.” Jeremy Hsu, autor de la nota, agrega que también ayudan a mantener los cuerpos de Ho Chi Minh y de los coreanos Kim Il-sung y Kim Jong-il.

El artículo surge a raíz de la publicación del ensayo Los cuerpos de Lenin, la ciencia oculta de la soberanía comunista, del profesor de antropología social de la Universidad de California Alexei Yurchak. Según él, la labor “se centra en la materialidad de este cuerpo particular, en la particular ciencia biológica que se desarrolló alrededor del proyecto y del peculiar rol político que este cuerpo tuvo”.

Al parecer no queda mucho de Lenin: Yurchak comienza su texto citando a Medinsky, actual ministro de Cultura, que piensa que sería mejor enterrarlo: “No se engañen con la ilusión de que lo que está en el mausoleo es Lenin. Lo que queda ahí es sólo el 10 por ciento de su cuerpo”. Yurchak prosigue: “El respetable semanario político Vlast decidió chequear ese número. Durante la autopsia de enero de 1924 fueron quitados el cerebro y los órganos. Cuando fue embalsamado, los líquidos fueron sustituidos (…). Como los órganos constituyen el 17 por ciento de la masa del cuerpo humano, y los líquidos cerca del 60 por ciento, el cuerpo de Lenin perdió el 77 por ciento de su materia original (…) lo que hay en el mausoleo es el 23 por ciento del cuerpo de Lenin”.
Pero más allá de la ironía, “las generaciones de científicos que trabajan para preservarlo miden su autenticidad de forma diferente. Ellos han estado ocupados en mantener no la carne biológica del cuerpo, sino su forma física”.

Apariencia, color, forma, peso, características dinámicas, elasticidad de la piel (para envidia de muchos), y hasta la presión interna en los tejidos musculares, son mantenidos. Eso sí, como no hay nada que sea eterno, la materia biológica puede ser sustituida con nuevos materiales, pero nada cambiará la plácida apariencia de quien descansa eternamente bajo el cuidado del Grupo del Mausoleo.

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