A la par que se levantan suntuosos edificios en forma de torres por toda la periferia del centro de Asunción, y que las concesionarias de autos almacenan cada día más unidades lujosas con escasa venta, mostrando ambas actividades una incuantificable y sorprendente inversión de capitales, el maquillaje que cubre la corrupción pública y privada ha comenzado a caer como grasa encima de las brasas. No pasa un día sin que estalle un nuevo escándalo, en especial dentro de los dos viejos partidos, el Colorado y el Liberal. El directorio liberal, implicado desde la vicepresidencia de la república en el golpe de junio de 2012 contra Fernando Lugo, no ha podido recuperar un mínimo de crédito. Angustiado e intentando reponerse, el partido convocó una convención el pasado sábado en la ciudad de Itaguá, a 40 quilómetros de Asunción, pero dividió aun más a la militancia, al punto que el senador Miguel Abdón Saguier, presidente del directorio, huyó del encuentro ante la furia de buena parte de los asistentes. Saguier, abogado, durante años un intocable, fue acusado de avalar la falsificación de la lista de convencionales, de incapacidad para desprender al partido del dominio colorado, de oponerse a la renovación de autoridades, y de hacer trampas para que, en el momento de votar, aparecieran personas que no estaban habilitadas.
La Cámara de la Industria Farmacéutica, la Federación Paraguaya de la Industria y el Comercio, la Cámara de la Construcción, la Asociación Rural, la Unión de Gremios de la Producción, la Unión Industrial y otras insignias aparecen involucradas en una rosca aliada a connotados dirigentes de fútbol y a personeros de prensa. Entre los constantes escándalos que saltan, el más reciente tiene como centro al Instituto de Previsión Social (ips), cuyo presidente, Hugo Roig, fue sustituido el pasado domingo por el médico Aníbal Filártiga, suegro de Osvaldo Salum, uno de los gerentes del presidente Horacio Cartes en su empresa Tabacos usa, investigado en Estados Unidos, según Wikileaks, por infiltrar agentes en una presunta red de lavado de dinero. El senador colorado Julio César Velázquez informó de ese vínculo familiar al denunciar que Cartes prosigue actuando al margen de la presidencia del partido, y el destituido Roig fue más lejos al afirmar que “existe un cuasi monopolio de ciertas empresas de la industria farmacéutica y altos dirigentes del fútbol en la provisión de servicios al Estado”, lo que confirmaría el funcionamiento de una aceitada máquina de negociados. Según dijo Roig, esos grupos de abastecedores lo presionaban sin tregua para que el ips les pagara una abultada deuda, vaciando los fondos de los jubilados de la previsional.