La semana pasada, un policía mató a quemarropa a un adolescente de origen africano en Nanterre, un suburbio de París famoso décadas atrás por haber sido origen de las movilizaciones del 68, y otra vez desde Nanterre la chispa se expandió a toda Francia. No fue la primera revuelta de este tipo en el país ni mucho menos. El precedente más cercano es el de 2005, cuando en Clichy-sous-Bois, en el Gran París, dos adolescentes de origen norafricano, de 17 y 13 años, murieron electrocutados mientras intentaban escapar de la Policía. Las protestas se extendieron a otras banlieues (periferias urbanas) populares y por tres semanas hubo enfrentamientos diarios entre los jóvenes y la Policía, quema generalizada de autos, ataques a edificios públicos. Pasados siete, ocho días, las protestas iniciadas e...
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