Los resultados son tan claros que no dejaron el menor lugar a dudas ni a reclamaciones. El proceso fue transparente, el reconocimiento de la derrota por parte de Nicolás Maduro fue inmediato y no dejó margen para quienes pronosticaban fraude.
El triunfo aplastante de la oposición –seis de cada diez votos emitidos– puso en evidencia el deterioro del proceso bolivariano en los últimos años. Se trata de una fuerte inversión en la relación de fuerzas, que incluso en las últimas elecciones había mostrado un país partido en dos.
Con dos tercios de la Cámara, 112 bancas, la oposición logra la llamada “segunda mayoría calificada”, que le permite convocar a una Asamblea Constituyente y avalar una reforma constitucional, designar o remover a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, nombrar ...
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