“Kodaikanal no va a ceder hasta que te rectifiques. ¡Unilever, limpia tu desastre!”, escupe desde su estribillo la rapera india Sofia Ashraf, en la canción “Kodaikanal Will No”, con la que acusa a la multinacional Unilever (dueña de marcas como Dove, Ponds, Axe, Sedal y Rexona) de haber envenenado con mercurio hace 14 años a la población de Kodaikanal, el bosque y el agua. Según el New Indian Express la catástrofe sanitaria, perpetrada por una planta de fabricación de termómetros que luego cerró sus puertas, causó la muerte de 45 empleados y 12 de sus hijos, sin que nunca pagara compensación alguna; mientras que varios ex empleados de la empresa y la población del lugar continúan sufriendo las consecuencias de la intoxicación.
Este nuevo hit reversiona el tema “Anaconda”, de Micky Minaj, y se pliega a la protesta enarbolada por la asociación Jhatkaa, que en su sitio web señala: “los trabajadores no pueden pagar la salud privada. Ellos han estado luchando contra Unilever para limpiar la contaminación tóxica y ser compensados por sus gastos médicos como resultado de su contacto con el mercurio”. La asociación también da cuenta de que la multinacional suele enorgullecerse de su responsabilidad con sus trabajadores y con el ambiente, por lo que señala que “vamos a pedirle que ponga sus palabras en práctica, que limpie el desastre tóxico provocado por su compañía y que compense a los obreros que perdieron su salud y en algunos casos hasta sus hijos por sus prácticas poco éticas”.
La propia Micky Minaj apoyó la causa de Sofia Ashraf y el video superó los 3 millones de visitas, lo que ha despertado la atención de unos cuantos y abierto el debate mediático respecto de cómo una protesta en forma de hip-hop es capaz de obtener mayor convocatoria que las múltiples campañas que ya se habían puesto en marcha en torno al episodio y que nunca trascendieron demasiado.
Ashraf tiene 27 años y no es la primera vez que denuncia desde sus letras a las corporaciones multinacionales; había reclamado también la responsabilidad empresarial en un tema anterior referido al desastre ocurrido en Bhopal en 1984, una fuga de gas en una fábrica de plaguicidas que afectó a centenares de miles y que se estima mató a 18 o 20 mil personas. Ambos casos tienen puntos en común: en ese entonces la planta fue abandonada luego del accidente y la compañía estadounidense Union Carbide nunca respondió por los daños ocasionados.