La ley de despenalización –no la legalización– del aborto fue finalmente aprobada por la Cámara de Diputados. Y esta vez no habrá veto presidencial. Se trata del proyecto número 24 –o quizá 25, se pierde la cuenta– elaborado durante los últimos 28 años.
Con rituales dentro y fuera del recinto. Afuera, las mujeres que desafiaron el frío invernal de ese martes vestidas apenas con las pinturas que convertían sus cuerpos en cuadros humanos. Adentro, en una de esas sesiones que los medios califican de “maratónicas”, nuestros representantes hablaron, definieron, explicaron, conminaron. Y al fin votaron. Con diputados que apoyaban el proyecto pero salieron a la hora de votarlo para no contradecir la disciplina de su partido –Fernando Amado, colorado–, otro colorado que estando a favor votó e...
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