Código país - Semanario Brecha

Código país

Graciela Do Mato se sumó al consejo directivo en mayo de este año. Y lo hizo para reforzar el plan de la Universidad Tecnológica (Utec): carreras cortas con continuidad educativa dentro del sistema terciario, pensando en las necesidades de cada región del país, vinculándose al sector productivo, sobre todo en el rubro de la ingeniería.

El auge de la mecatrónica

Apenas llevan dos años funcionando, aún no tienen egresados, de todas formas: ¿qué se espera de la Utec y qué hay que reforzar?

—Algo tenemos claro: todas las universidades tecnológicas en el mundo se inician por la línea de ingeniería, y nosotros vamos a seguir apuntando a eso en el próximo quinquenio. Según nuestro plan, primero formamos tecnólogos, que luego van a ser licenciados, que eventualmente van a ser ingenieros y podrán hacer maestrías y doctorados. Por eso el objetivo de la Utec es partir de carreras cortas de pregrado que se continúen; es decir, una formación a lo largo de la vida donde cada estudiante haga la carrera de la manera que pueda y logre desde un bachillerato hasta un máster pero en etapas, todas con salida laboral. Hoy tenemos alumnos de 25 a 30 años que no pudieron hacer la carrera en su momento y ahora se reengancharon en el sistema educativo.

La otra gran apuesta de la Utec son los institutos tecnológicos regionales (Itr), o sea la inserción del instituto en la comunidad. El concepto de territorio es muy importante para nosotros, también el de tratar de cubrir carreras que no existen, no compitiendo con la Udelar ni con las universidades privadas, sino ofreciendo cursos que le puedan dar valor al país, cubriendo las necesidades nacionales.

Otro aspecto que no podemos descuidar es la “empleabilidad” de los egresados. En ese sentido vamos a hacer un seguimiento de la inserción laboral y eventualmente vamos a hacer un estudio del mercado para ver qué pasa en ese sentido.

¿Se logró el objetivo de que los docentes se radiquen en el Interior?, ¿se destinará presupuesto a eso?

—Sí, en el presupuesto contemplamos los incentivos por radicación (como tiene la Udelar), pero además de los sueldos se les van a destinar partidas por logros, por investigación y por resultados. Tenemos docentes que han retornado a Uruguay y les interesa trabajar en la Utec porque son carreras nuevas, y diseñan los laboratorios de acuerdo a las necesidades que ellos consideran. Tenemos un total de 62 docentes, y aproximadamente 25 por ciento son de alta dedicación. No todos están radicados, pero existe un alto porcentaje que sí.

¿La alta dedicación académica no es contradictoria con el hecho de que el docente siga trabajando y desarrollándose en el campo laboral?

—No. No son docentes de dedicación total, sino de alta dedicación. Además son personas altamente formadas, y nos resulta imposible competir con los sueldos del mercado.

Es bueno que trabajen en el ámbito privado porque se están actualizando. Por ejemplo, un docente de la carrera en energías renovables que trabaje en una empresa de aerogeneradores es un docente que está a último nivel.

¿Le parece importante mantener la continuidad de las carreras creadas?, ¿o se deben discontinuar si las condiciones no están dadas para abrir todos los años?

—La Utec apunta a que las carreras estén en el sistema educativo según las necesidades del país: somos un país productivo, pero tenemos claro que si no se necesitan más profesionales en tal o cual carrera podemos eventualmente parar las inscripciones. Luego la carrera puede reeditarse. No podemos mantener una carrera con los recursos finitos que tenemos si mañana tenemos un mercado saturado de determinados profesionales. De todas formas, hay investigaciones que nos dicen que las orientaciones que hemos elegido dar en la Utec no se saturan en el mercado: cambió la matriz productiva, se robotiza todo, Uruguay va a seguir siendo lechero, lo agroalimentario importa en todo el mundo, lo mismo con los georrecursos, es decir, ninguna de nuestras carreras tiene poca perspectiva.

¿Continúan con la idea de que las carreras también puedan financiarse a través del sector empresarial? En los comienzos de la Utec se habló de la “cátedra Ancap” o la “cátedra Conaprole”…

—Tenemos una fuerte política extrapresupuestal, entendemos que los recursos son finitos, que el país tiene mil necesidades y que el sector productivo debe ayudar a la educación. Vamos a seguir buscando fondos. En este momento la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti) apoya la tecnicatura en tecnologías de la información, la licenciatura en productos lácteos se instaló en la destilería de Ancap, hay un compromiso de la parte privada y de la pública de apoyar.

Upm donó 4 millones de dólares para construir el edificio del Itr en Fray Bentos (casi el 70 por ciento del costo de la obra), y en ese convenio la Utec se comprometió a generar oferta educativa en el área de mecatrónica:2 ¿sería como la “cátedra Upm”?

—No, no fue a cambio. En esa edificación se van a dar también otras carreras. La tendencia es hacia la robotización del sistema productivo, y van a egresar estudiantes capacitados para el manejo de la robótica. Se tiende a ver la mecatrónica vinculada sólo a Upm, pero la robotización no se da sólo en la celulosa. No es que Upm va a quedarse con todos los profesionales.

Ese convenio no influye para nada. Uruguay tiene 150 años de Udelar. Creo en la autonomía y en la libertad de cátedra, pero no creo que tengamos que pedir los recursos sólo al gobierno. Europa tiene interés en financiar proyectos y nosotros no tenemos problemas en presentarlos, no nos da vergüenza.

¿Qué piensa de ese rótulo de que la Utec surgió como el capricho del ex presidente Mujica?, ¿le parece injusto?

—Mujica no pensó en esta Utec, no era su idea original. Él pensó en transformar a la Utu en universidad, darle rango universitario, así como también planteó la Universidad de la Educación (Uned) para la formación docente. En el Parlamento llegaron a la Universidad Tecnológica que tenemos hoy, que es un híbrido.

Hoy Mujica apoya cien por ciento a la Utec, como la apoyan este gobierno de Tabaré Vázquez y todos los partidos políticos. Soy nueva en este cargo, pero me he asombrado del apoyo que ha tenido y tiene la Utec.

1. Licenciada en Neumocardiología, egresada de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica (Eutm, Udelar), licenciada en psicología y doctora en educación (España). Integró el Consejo de la Facultad de Medicina de 2010 a 2014. En la actualidad continúa ejerciendo el cargo de Directora de la Licenciatura en Neumocardiología -EUTM, Factultad de Medicina (UdelaR).

 

2. Véase separata Brecha.edu del 13-II-15.

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Las carreras y el dinero

 

En sus inicios la Utec dividió la oferta educativa mediante los institutos regionales: Rivera estuvo así vinculado a la logística y el transporte, Fray Bentos a lo agroalimentario y Durazno a las energías renovables. La Utec cuenta hoy con las carreras de licenciatura en leche y productos lácteos, tecnólogo en manejo de producción lechera (ambos en Colonia), la licenciatura en análisis alimentario (Paysandú), el tecnólogo en mecatrónica (Fray Bentos), el tecnólogo en energías renovables (Durazno) y el tecnólogo en tecnologías de la información (Durazno). Y para 2017 se planea una licenciatura en georrecursos y agroalimentos y un tecnólogo en ingeniería biomédica (reparación de equipos médicos). Para ese mismo año, una carrera llamada Arte y Tecnología se impulsará en la ciudad de Mercedes aprovechando el movimiento cultural Jazz a la Calle (“no queremos ser una universidad tan dura”, resumió Do Mato).

Las carreras previstas para 2016 y 2017 ya están cubiertas por el presupuesto nacional, y a diferencia de lo que ocurrió con la Udelar y la Anep, la Utec logró acordar las cifras con el Poder Ejecutivo (el 0,3 por ciento de lo destinado a la educación). “Nosotros fuimos muy claros ante la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Parlamento; el proyecto Utec –surgido por el acuerdo de todos los partidos políticos– podrá seguir si nos aseguran las condiciones económicas, porque estos años son de muchos gastos, sobre todo en la construcción de las nuevas instalaciones. Nos concedieron todo el dinero que pedimos”, explicó Do Mato. El gobierno pedirá resultados a cambio: hoy cuentan sólo con 173 alumnos, pero en octubre se abrió un período de preinscripción y lograron un total de 412 aspirantes en 15 días. La matrícula de esta universidad –aún poco conocida en el país– continúa creciendo y la meta es alcanzar los 3 mil estudiantes para el año 2020.

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