La semana pasada Sudáfrica vivió la jornada más violenta de represión policial desde el fin del apartheid, en 1994. El jueves 16 unos 35 obreros murieron en los alrededores de la mina de platino de la localidad Marikana, en el norte del país, al ser atacados a balazos por la policía. Los obreros estaban armados de lanzas y machetes. Tres días después de la masacre, la dirección de la mina, perteneciente a Lonmin, la tercera empresa de platino del mundo, llegó al colmo de conminar a los obreros a “reintegrarse de manera inmediata al trabajo”, bajo pena de despido. El ultimátum fue aplazado en un día, del lunes al martes, a pedido del gobierno.La huelga había sido decidida el diez de agosto por 3 mil de los 28 mil obreros de la mina. Se trataba de una huelga “salvaje”, al haber sido votada ...
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