Luego de la segunda negativa del actual presidente Mariano Rajoy a formar gobierno por carecer de las mayorías parlamentarias necesarias, el rey Felipe VI encargó la tarea al socialista Pedro Sánchez, segundo en las elecciones generales de diciembre pasado. Pero el líder del Psoe (véanse las últimas ediciones de Brecha) la tendrá también difícil para constituir un “gobierno del cambio”, como sería su intención. Juntos, socialistas, Podemos e Izquierda Unida no llegan a una mayoría absoluta en el parlamento. Necesitarían el apoyo de algunos partidos nacionalistas, vascos o catalanes, pero eso parece excluido vistas las posturas “españolistas” del Psoe. Los números darían para un gobierno Psoe-Podemos-Ciudadanos, pero estas dos últimas fuerzas emergentes, una por izquierda y otra por derecha, se niegan a formar parte de un mismo Ejecutivo. Podemos considera a Ciudadanos una “marca blanca”, una cara presentable, de la derecha del Partido Popular, mientras el partido liderado por Albert Rivera pinta a los dirigidos por Pablo Iglesias como una organización de extrema izquierda, financiada por Venezuela e Irán y proclive a partir España favoreciendo la secesión catalana.
Para pudrir aun más las cosas, en el Psoe la división es clara: mientras los sanchistas excluyen toda alianza con el PP, algunos barones (caudillos regionales) y ex referentes como Felipe González prefieren esa opción a una alianza con el “leninismo 3.0 de Podemos” (palabras de González), o en su defecto con Ciudadanos y algunas fuerzas menores. En lo que sí habría consenso entre los socialistas es en tratar de evitar una nueva elección, algo inevitable en caso de que Sánchez también fracasara en su intento de formar gobierno. Los sondeos coinciden en que el Psoe caería por debajo de Podemos y el PP treparía al 30 por ciento, de los peores escenarios posibles para los socialistas, que en diciembre registraron su votación históricamente más baja.
- Diez mil niños desaparecieron en Europa desde el inicio de la ola migratoria, hace año y medio. Habían llegado solos, provenientes de varios países en guerra. Se los registró a su llegada y luego se les perdió toda pista, según datos de la policía europea, Europol. Más de la mitad habría desaparecido en Italia, y serían víctimas de alguna red de trata de personas, fundamentalmente de explotación sexual. Las redes de trata de inmigrantes han florecido en todo el continente, y los niños no acompañados son una presa demasiado fácil y tentadora. Europol sostiene que la mayoría de los detenidos en algunas cárceles alemanas y húngaras están acusados de esos delitos. Del millón largo de migrantes llegados a Europa en estos últimos meses, casi 300 mil son niños, y niños son muchos de los que no logran llegar y se ahogan en las aguas del Mediterráneo.