Por la misma época (fines de 2015) despuntaban en Europa dos experiencias de gestión con participación, en diferentes niveles, de la llamada “izquierda radical”. Ambas tuvieron lugar en países del sur híper endeudados y empobrecidos: Grecia y Portugal. Una, la griega, la más publicitada, terminó en estrepitoso fracaso, con algunos de sus principales promotores aplicando las mismas políticas que habían prometido combatir. La otra, la portuguesa, más modesta, está en desarrollo.
En 2015 Grecia fue el epicentro de una batalla entre David y Goliat. Una formación política que se presentaba entonces como de “izquierda radical” había llegado al gobierno decidida a plantarles cara –por primera vez en décadas en el continente– a las fuerzas conjugadas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Cen...
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