Cronología: Cuba, una revolución en seis décadas - Semanario Brecha
Cronología

Cuba, una revolución en seis décadas

Fidel Castro.

10 de marzo de 1952. A tres meses de las elecciones, que con seguridad ganará un partido cuyas banderas son la lucha contra la corrupción y por la “liberación económica”, el ex general y ex presidente Fulgencio Batista encabeza un golpe militar. Asesino y ladrón consumado, Batista ha sido desde 1933 el “hombre fuerte” de Cuba, amasando una de las mayores fortunas del país y estableciendo una estrecha alianza con la embajada estadounidense.

26 de julio de 1953. Junto a poco más de ciento cincuenta jóvenes armados con escopetas de caza y viejos revólveres, Fidel Castro ataca los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en las ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo. El grupo pretende rendir la primera de esas fortalezas, la segunda más importante de la isla, ocupar las armas del Ejército y organizar un alzamiento popular que haga desplomarse al régimen. Las acciones se saldan con la sangrienta represión ordenada por Batista –quien exige diez muertos de los atacantes por cada soldado caído–, pero convierten a Fidel Castro en el principal líder nacional en la lucha contra la dictadura.

2 de diciembre de 1956. A bordo de Granma, un pequeño yate de recreo, los 82 hombres que fundarán el Ejército Rebelde efectúan una azarosa travesía desde México hasta la costa suroriental de Cuba. Fidel Castro, quien encabeza la expedición, debió ser indultado por Batista un año antes y desde entonces ha dedicado todos sus esfuerzos a estructurar el nuevo movimiento. Su estrategia la calca de los independentistas del siglo XIX: forzar al contrario a una guerra de guerrillas que lo desgaste sin grandes batallas y destruya sus fuentes de recursos económicos. Durante los dos años siguientes más de 20 mil personas morirán a manos del Ejército, la Policía y asesinos pagados por Batista; el gobierno estadounidense lo apoyará sin vacilaciones, empleando incluso su base naval en Guantánamo para apertrechar los aviones que bombardean las zonas rebeldes.

1 de enero de 1959. Tras un mes de ofensiva revolucionaria que fue tomando una a una las poblaciones alrededor de Santiago de Cuba, tras el asalto de Santa Clara y del cuartel de Yaguajay, Batista huye del país hacia República Dominicana la madrugada del 1 de enero de 1959. Se llevará consigo prácticamente todo el dinero de las arcas nacionales y dejará La Habana a las puertas de convertirse en un gigantesco garito dominado por mafiosos llegados desde Nueva York, Miami y Las Vegas. En enero, los tribunales revolucionarios condenan a muerte a cerca de trescientos represores de la dictadura.

Mayo de 1959. En mayo, la Primera Ley de Reforma Agraria ordena la intervención de los latifundios, la mayoría de ellos estadounidenses. Enfrentado con elementos conservadores, Fidel Castro renuncia al cargo de primer ministro, pero en julio la presión popular hace caer al gobierno y lo devuelve a su responsabilidad ejecutiva.

Abril de 1961-octubre de 1965. John F Kennedy ordena una invasión mercenaria, pero sus fuerzas sufren una aplastante derrota. Los sucesos de Playa Girón motivan la proclamación del “carácter socialista de la revolución” por Fidel Castro y la aprobación por Kennedy de la Operación Mangosta, que debía culminar con la ocupación militar de la isla. Sus proyectos se frustran en octubre de 1962 debido a la presencia de misiles nucleares soviéticos en Cuba. La crisis se zanja con un pacto entre Moscú y Washington, que conjura la posibilidad de la agresión directa. En paralelo, la revolución se institucionaliza: hasta 1965 es reformado profundamente el aparato estatal, son nacionalizadas todas las empresas de cierta magnitud y las organizaciones políticas revolucionarias quedan integradas al naciente Partido Comunista.

Marzo de 1968-julio de 1970. Fidel Castro lanza la “ofensiva revolucionaria”, por la que son expropiados todos los pequeños negocios privados. Se acentúan las críticas hacia las “posiciones pequeño-burguesas” y “actitudes antisociales” como la vagancia, para la cual se incorporan sanciones al Código Penal. Durante los dos años siguientes el país se esfuerza para preparar la primera zafra de 10 millones de toneladas de azúcar de su historia. El incumplimiento de ese objetivo supuso una derrota de tal magnitud que aún persiste en el imaginario colectivo.

1968-1975. En 1968 un jurado literario decide premiar al poemario Fuera de juego, de Heberto Padilla, y la obra de teatro Siete contra Tebas, de Antón Arrufat, a pesar de que ambos textos mostraban “serios problemas ideológicos”. Poco después, el Consejo Nacional de Cultura establece un sistema de “parametración” encargado de determinar quiénes deberían ser considerados creadores. En marzo de 1971 el conflicto se intensifica tras la detención policial y posterior “autocrítica” de Padilla. Hasta 1975, muchos de los más importantes intelectuales y artistas se ven impedidos de difundir sus obras, acusados de “faltas” como la homosexualidad o el “hipercriticismo”. El período pasa a la historia con el nombre de “quinquenio gris”.

Década de 1980. La “década prodigiosa” de la revolución se inicia con actos de repudio contra quienes pretendían emigrar a Estados Unidos a través del puerto de Mariel. Más de 100 mil personas abandonan Cuba por esa rada. Entre ellos se cuentan cientos de ex reclusos y pacientes psiquiátricos remitidos por las autoridades de La Habana. Los ochenta perduran en la memoria colectiva como la época más próspera del socialismo cubano, con crecimientos sostenidos de la economía y el consumo. El decenio tuvo un epílogo agridulce: a la par con el retorno de miles de internacionalistas, luego de haber combatido contra el apartheid y por la independencia de naciones como Angola y Etiopía, se hace público el más significativo caso de corrupción ocurrido luego de 1959. Uno de los principales generales del país (Arnaldo Ochoa) y otros oficiales son fusilados en 1989, acusados de tráfico de drogas.

Julio de 1989-octubre de 1991. El 26 de julio de 1989, en la conmemoración de la efeméride más importante del calendario revolucionario, Fidel Castro declara que “incluso si desapareciera la Urss”, Cuba seguiría construyendo el socialismo. Dos años después, durante el cuarto congreso del partido, el propio líder lanza la consigna de “salvar la patria, la revolución y las conquistas del socialismo”. Se inicia el período especial, la crisis económica más intensa y prolongada de la historia nacional.

Agosto de 1994. El 5 de agosto se producen saqueos en la zona más céntrica de La Habana. El hambre, la falta constante de electricidad y bienes de consumo, y la incitación de emisoras radicadas en Estados Unidos lanzan a la calle a cientos de personas. La protesta se disipa tras la llegada de Fidel Castro al lugar y su anuncio de que “todos los que lo deseen podrán marcharse del país”. Aunque desde 1993 miles de cubanos intentaban alcanzar Florida en embarcaciones rústicas, la apertura de fronteras genera una crisis de tal magnitud que Bill Clinton se ve obligado a negociar nuevos acuerdos migratorios. La “crisis de los balseros” se saldará con estadísticas poco fiables en cuanto al número de emigrados (en todo caso, no menos de 50 mil) y de los fallecidos durante las travesías.

1999-2009. En diciembre de 1999 se inician en La Habana grandes marchas exigiendo el retorno de Elián González, un niño de 5 años rescatado en alta mar, luego de que su madre y varios familiares murieran intentando llegar en balsa a Estados Unidos. La manipulación del caso por el exilio de Miami despierta una indignación generalizada en Cuba y la solidaridad de millones de estadounidenses. Al cabo de seis meses el niño por fin será devuelto a su padre. Aprovechando el renovado entusiasmo de aquellas jornadas Fidel Castro lanzará a continuación la “Batalla de Ideas”, una suerte de revolución cultural que hasta 2009 promueve gigantescas manifestaciones, programas de inversión social y una política de alianzas con gobiernos progresistas latinoamericanos. Sus costos económicos son, sin embargo, elevados.

Julio de 2007-abril de 2018. Tras un año de presidencia en funciones, el 26 de julio de 2007 Raúl Castro esboza su programa de gobierno, con particular acento en la economía. A la muerte de Fidel Castro, en noviembre de 2016, ya serán apreciables los resultados de la nueva legislación promotora del sector privado, y habrán sido derogadas las disposiciones que impedían viajar al exterior, hospedarse en hoteles y comercializar viviendas o automóviles. Millones de hectáreas de tierra son distribuidas en usufructo y se promueve la inversión extranjera. En 2015, La Habana llega a un acuerdo con sus acreedores para retomar el pago de su deuda externa, y en 2016 la Unión Europea abandona la llamada “Posición Común”. Dos congresos del Partido Comunista avalan las decisiones del general-presidente, que en diciembre de 2014 logra lo que parecía imposible: la liberación de los agentes de la inteligencia cubana presos en Estados Unidos y el comienzo de la “normalización” de relaciones con Washington. La visita de Obama (en marzo de 2016), la elección presidencial de Miguel Díaz-Canel (en abril de 2018) y la redacción de una nueva Constitución (todavía en proceso) jalonan el acontecer más reciente de la isla.

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