Cultural battle – Semanario Brecha
Adoctrinaditos: el nuevo Paka Paka, canal infantil argentino, en las antípodas del original

Cultural battle

Captura de video de la serie

Había una vez en Argentina un canal estatal infantil llamado Paka Paka. Las fuerzas del cielo de Javier Milei lo consideraban poco menos que el demonio. Decían que bajaba línea ideológica a los niños, que los (de)formaba al inculcarles principios del «marxismo cultural» y una visión sesgada de la historia nacional, sobre todo de la reciente. Prometieron, esas fuerzas, que si llegaban al gobierno cerrarían el canal. Como en tantas otras cosas, cumplieron, y en abril del año pasado Paka Paka fue clausurado. Unos meses antes, Ramiro Marra, candidato a la gobernación de la ciudad de Buenos Aires por La Libertad Avanza, el libertariano partido del presidente, dijo que no le gustaba cómo Paka Paka presentaba con malos ojos la conquista española y con buenos a los criollos y, sobre todo, a los indígenas que poblaban estas pampas. «Un chico me contó una vez que en Paka Paka decían que los españoles eran los malos y que los argentinos eran los buenos, y me parece que no es así», dijo el hombre, que se presentaba al mismo tiempo como un defensor del ser argentino. «Un engendro como este no tiene otro destino que desaparecer», afirmó también, no dándose cuenta, quizás, del peso de esas palabras, o quizás habiéndolas pesado muy bien.

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Habrá una vez en Argentina un canal estatal infantil que se llamará Paka Paka. Las fuerzas del cielo caras a Javier Milei consideraron que, después de todo, la señal podía ser aprovechada para continuar dando la «batalla cultural», y a partir de julio volverá al aire. «Sin bajada de línea ideológica y educando en valores, eso sí», dijeron, como suelen decir las fuerzas políticas de derecha, de las más moderadas a las más extremas, para las cuales ideología es siempre la que tienen los otros y lo suyo, pura expresión neutral de lo que es y debe ser. Daniel Parisini, el bestiún influencer libertariano argentino conocido como Gordo Dan, comentó bien a su manera la nueva propuesta del canal: «Si el adoctrinamiento es de derecha, entonces no es adoctrinamiento. Enseñar socialismo no es equivalente a enseñar liberalismo. No da lo mismo. Uno defiende una fantasía, el otro, la realidad».

Ciertamente, el viejo Paka Paka bajaba línea. De pura cepa nacional y popular. Creado en 2007, apuntaba, en la visión de los gobernantes kirchneristas de entonces, a «brindar una oferta pedagógica y cultural que tome a los niños en edad escolar como sujetos de derechos» y que sirva para «complementar las políticas nacionales de equidad y el mejoramiento de la calidad de la educación». El personaje emblemático del canal era Zamba, un niño indígena animado de 8 años, rebelde y curioso, que viajaba a través del tiempo y se reunía con personajes y protagonistas –«próceres» y anónimos– de la historia argentina y latinoamericana. «Hay países que se sienten los dueños del mundo, Zamba», le decía, por ejemplo, un soldado argentino que combatía a los ingleses en tiempos de las invasiones decimonónicas. Había también programas de educación ambiental, científica, otros que evocaban la historia reciente. En Así soy yo, hijos de desaparecidos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo contaban su vida.

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El Paka Paka libertariano, que no libertario, estará en las antípodas del original. Se anunció que Zamba reaparecerá, pero «arreglado» (emblanquecido, según se deduce de las pocas imágenes que se difundieron) y admirando a personajes como Julio Argentino Roca, el impulsor de la guerra del Desierto que condujo al exterminio de miles de indígenas. Se mantendrán los viajes en el tiempo, pero protagonizados por una viejita en silla de ruedas, la abuela Gabby, una cubana exiliada que enseñará a sus nietitos gemelos Ethan y Emily «los principios de la libertad, el buen gobierno, la economía, la propiedad, los valores occidentales ¡y mucho más!». El dibujito se llama Tuttle Twins y el director del canal, Walter Wally Gómez, lo definió como «el único verdaderamente liberal que se ha hecho en el mundo». En los paseos guiados por la abuelita, los gemelos se topan con villanos muy malos, como un Karl Marx pintado como un ignorante perverso, y con buenos muy buenos, como Milton Friedman o Ludwig von Mises, que les enseñan «cómo manejar bien la economía lejos de las pesadillas igualitaristas y del socialismo», o John Locke, que los convence de que no hay derechos que valgan, que reclamarle al Estado que asegure a todos «comida, agua y refugio no es válido porque les quitaría la libertad a otros». Conocen el infierno en la Cuba revolucionaria y el paraíso en Miami o en El Salvador de Nayib Bukele. Aprenden también que ir a la universidad no tiene por qué ser bueno, que «hay mil maneras de educarse», y que, en todo caso, mejor resultará hacer un cursito rápido para saber programar un juego y venderlo en Amazon; que siempre hay que respetar a los empresarios porque son los que crean la riqueza y que no hay como las criptomonedas para impulsar la economía. Vivir en una familia monoparental es descrito como un horror que conduce a la miseria y la criminalidad, y dejarse seducir por la «ideología de género», como la puerta a la degeneración y la perversión.

Poco de argentino tiene Tuttle Twins. Como era previsible en la lógica de los libertarianos, su origen hay que buscarlo en Estados Unidos. El dibujito fue creado por Connor Boyack, un militante de extrema derecha que fundó el Libertas Institute, un think tank ligado a la Red Atlas (véase «La internacional ultracapitalista», Brecha, 18-VI-21), que se tomó en serio eso de dar la batalla cultural contra los zurdos desde bien bien tempranito y en ese camino parió una minicolección de libros para niños y adolescentes. La productora de la serie es la evangelista Angel Studios, dirigida por Tim Ballard, a quien el diario Página 12 describe como «un exagente de inteligencia que se presenta como un héroe en la lucha contra la trata de personas, pero que enfrenta decenas de denuncias por abuso sexual» y que, además, «coincidió con Milei en la Conferencia Política de Acción Conservadora» el año pasado en Estados Unidos.

A Gómez y su adjunto Jeremías Rucci, columnista del libertariano La Derecha Diario, Tuttle Twins los sedujo. «Es supersano, muy lindo», dijo Wally, agregando ridiculez a la ridiculez propia del dibujito. Pero tantas veces parecieron ridículos los Milei, los Donald Trump, los Bukele, los…, y en esas estamos.

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