Dando en la tecla - Semanario Brecha

Dando en la tecla

Si algo ha destacado en los últimos años al pianista Gonzalo Gravina ha sido su serie de discos para piano solo editados por el sello independiente Perro Andaluz, en los que ha pasado revista a la obra de algunos de nuestros principales cantautores.

Compositor, docente –en el Tump y en la Asociación Uruguaya de Músicos, Audem–, y sobre todo interesante y reconocido pianista, Gonzalo Gravina ha tenido una importante carrera en la música popular de nuestro país, trabajando junto a músicos como Eduardo Mateo, José Carbajal (el Sabalero), Pepe Guerra, Jaime Roos, Jorge Nasser, Gustavo Nocetti, Lágrima Ríos, Martha Gularte, y en forma muy especial con Alberto “Mandrake” Wolff, ya que ha sido tecladista por décadas de su banda Los Terapeutas. La lista de músicos junto a quienes ha participado como músico de sesión de grabaciones es igualmente vasta e impresionante: Rubén Olivera, Fernando Cabrera, Hugo y Osvaldo Fattoruso, Edu “Pitufo” Lombardo, y las bandas Buitres, La Vela Puerca, Once Tiros y la Tabaré.

Pero si algo ha destacado en los últimos años a Gravina ha sido su serie de discos para piano solo editados por el sello independiente Perro Andaluz, en los que ha pasado revista a la obra de algunos de nuestros principales cantautores. En 2001 editó Mateo para piano, en 2009, Zitarrosa para piano, en 2012, Pollo al piano, abordando la obra de Pollo Píriz, y ahora llega este Jaime Roos para piano.1

La selección de temas evita casi totalmente “los grandes éxitos” y se concentra en aquellas canciones que Gravina tiene ganas de tocar y arreglar. Vaya si hay “grandes éxitos” en la obra de Jaime, sin la menor duda el más trascendente artista uruguayo de los últimos treinta años. Y vaya si hay grandísimas canciones medio olvidadas o poco frecuentadas, como las que aparecen en este disco recomendable y delicioso. Roos es particularmente talentoso como melodista, y entonces, aun esquivando los temas más exitosos, es posible encontrar una cuidada selección de hermosísimas melodías.

Gonzalo no exhibe un pianismo de circense virtuosismo, sino una forma exquisita de “cantar” las canciones, con impecable buen gusto y refinada óptica, homenajeando el cerno de cada composición, es decir, su línea melódica.

Dentro de un disco donde todo tiene su valor, es necesario destacar especialmente las versiones de “Candombe del 31”, la a veces olvidada pero exquisita “Duérmase la mamá”, original del disco Para espantar el sueño; “Y es así”, también del disco Candombe del 31, aquí en una lectura especialmente milonguera, estupenda, incluyendo un pasaje de improvisación notablemente resuelto; el bolero “Inexplicable”, que cantara Laura Canoura invitada por Jaime en su disco Estamos rodeados; y una versión preciosa de “Por amor al arte”, uno de los grandes temas de Fuera de ambiente, hasta ahora último disco de canciones originales de Roos, respetando su aire murguero y su base rítmica de marcha-camión.

Renglón aparte merece la inclusión de dos de las más hermosas melodías de un disco tan especial como La Margarita, que Roos creó en colaboración con Mauricio Rosencof en textos: “El beso” y “Nocturno”.

También es remarcable la versión de otro de los clásicos “olvidados” dentro de la discografía de Roos: la notable “Nunca fuiste al cine”, del disco Mediocampo, que Gravina aborda en piano eléctrico Fender Rhodes, sacando de su peculiar sonoridad una interpretación altamente poética.

Pocos homenajes a nuestros grandes autores de canciones son tan elocuentes y disfrutables como estos discos de piano solista de Gonzalo Gravina, con su buen gusto, su mesura y su infalible puntería.

Un disco –una serie de discos en realidad– altamente recomendable.

  1. Gonzalo Gravina. Jaime Roos para piano. Perro Andaluz, 2016.

 

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