El universo de Barby Aguirre está formado por infinidad de elementos. Sin orden cronológico ni jerárquico, ella es cantautora, psicóloga, DJ, reikista, bailarina, actriz, docente, militante y, seguramente, varias cosas más. El asunto es que, con matices, todos esos elementos se ponen en la escena o en el estudio cuando de sacar canciones se trata. Ha dicho que lo primero fue la murga porteña y el canto sobre el bombo con platillo; a partir de ahí, todo lo demás.
Su cariño por los géneros carnavalescos del Río de la Plata la hizo venir a Montevideo, hace dos años, para participar de Más Carnaval, uno de los espacios alternativos que se llevan adelante durante el carnaval de febrero. Allí participó como integrante de la agrupación Candombea, formada por mujeres en Buenos Aires. Tras esa experiencia, volvió a Uruguay por estos días con una intensa agenda. Estuvo primero en Colonia tocando con Jorge Portillo y Marcelo Rilla,
y luego –ya en Montevideo– compartió escenario con Guillermo Wood en el Verde Bar y seguirá su gira el fin de semana. Hoy estará en el Espacio Vacío junto a Lule, cantautora argentina radicada en Uruguay, y mañana, sábado, cantará con el enorme guitarrista Freddy Pérez en Lo de Silverio. El domingo, el cierre de la gira será de celebración, ya que la Sala Delmira Agustini recibirá a Aguirre en doble y enlazado formato. Primero, presentará su primer disco, Cosmos arrabal. Luego, participará de la presentación del disco Teoría de la milonga, de Portillo y el escritor José Arenas, que tuvo a Barby colaborando con su voz en la grabación, hecha en Buenos Aires. «Jorge Portillo es un artista que admiro hace muchísimo tiempo. Gracias a esa admiración y a poder venir a verlo y tratar de conectarme con él y su mundo musical, nos adentramos en un mundo íntimo de amistad y mucha fraternidad. Así decidió venir a grabar este disco a mi casa, que es el espacio que comparto con Leandro Lombardo, que también está acá en Uruguay compartiendo esta buena nueva con Jorge», cuenta Aguirre sobre el vínculo.
Barby aconseja que Cosmos arrabal sea escuchado de corrido, como en un viaje. Se trata de una búsqueda que implicó tres años de trabajo, con un cruce entre la psicodelia y la música popular rioplatense. «Es un disco en el que intento expresar una búsqueda personal a través de letras relacionadas a mundos más simbólicos, más existenciales, más de enlace con la percepción. Con la que tenemos a mano y que tenemos que desarrollar tanto personalmente como en comunidad, para también poder estar en otro lugar respecto de lo que está pasando socialmente, que es muy duro, por lo menos en nuestro país. Entonces, el hecho de mantener viva la llama de la creatividad ayuda mucho a poder llevar los días más difíciles», explica. Cosmos arrabal, que tiene letras y músicas de Aguirre con colaboraciones de Marcelo Barberis y el actor Diego Capusotto, plantea, desde el punto de vista poético, una naturaleza en relación con la del mundo urbano, con la presencia del Riachuelo –y su contradicción de ser bello y, a la vez, no serlo–, la inmensidad del cielo y del Río de la Plata. «Cuestiones que hacen al aquí y ahora en lo social, pero también en lo existencial y lo fenomenológico», resume Aguirre.
En un mes en el que la política y el fútbol han centralizado la agenda bajo el sintético parámetro de elegir entre un bando y otro, por suerte sobrevive la chance de ver y escuchar qué pasa en algunos submundos artísticos, esos que se esconden en los recovecos montevideanos y nos mejoran la vida. Por allí va a estar Bárbara Aguirre, salgan a buscarla.
