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De tal palo

Kim Jong-un, jefe de Estado de Corea del Norte, ordenó la creación de un “ejército del placer” conformado por un grupo de mujeres jóvenes que deben cumplir la función de “entretenedoras”. Se trataría de la resurrección de una vieja tradición familiar instaurada por su abuelo y más tarde por su padre.

El "ejército del placer"

Extravagante e implacable, Kim Jong-un, jefe de Estado de Corea del Norte, es uno de los personajes más terroríficos de los últimos años. Tal vez uno de los motivos por los cuales aparecen tantas historias que rozan lo disparatado sea la nebulosa que rodea al país norcoreano, que permanece inmerso en una dictadura que mantiene el territorio en total hermetismo, controlando absolutamente todas las vías de comunicación.

En los últimos días, en el diario Chosun Ilbo de Corea del Sur, trascendió la noticia de que Jong-un ordenó la creación de un “ejército del placer” conformado por un grupo de mujeres jóvenes que deben cumplir la función de “entretenedoras”. Se trataría de la resurrección de una vieja tradición familiar instaurada por su abuelo y más tarde por su padre, el ex emperador Kim Jong-il, quienes hasta contarían con un comité asesor, conformado por personas muy cercanas, encargado de dar el sí o el no a las jovencitas postuladas.

Toshimitsu Shigemura, docente de la Universidad Waseda de Tokio y experto en asuntos de Corea del Norte, en declaraciones al diario inglés The Telegraph, relata que una vez muerto Kim Jong-il, y en un arrebato de desconfianza, Jong-un ordenó una investigación exhaustiva de todos y cada uno de los funcionarios del régimen. Al parecer, ese proceso de indagación ya habría terminado, junto con el período de luto oficial de tres años, y se sentiría libre de elegir a aquellas jovencitas con quienes compartir sus secretos de alcoba.

“Las mujeres que entretenían a su padre conocían muchos secretos y ahora han recibido la orden de prometer no revelar ninguna información antes de ser enviadas de vuelta a sus lugares de origen”, comentó Shigemura. Tanto estas jóvenes como las trabajadoras domésticas y de limpieza de los palacios de Kim Jong-il, recibieron una importante suma de dinero y electrodomésticos a cambio de discreción. Con los silencios comprados, Kim Jong-un es libre de formar su propio grupo de “artistas” –como se le denomina en la interna norcoreana– que le sirva y guarde sus propios secretos.

Funcionarios oficiales fueron enviados al campo a buscar a las jóvenes más atractivas. Algunas son seleccionadas para oficiar de bailarinas o cantantes y otras como sirvientas, pero también hay otras que pasarían a conformar el grupo de concubinas de elite. Bajo el pretexto de la “misión de gobierno”, el comité seleccionador arranca de los brazos de sus padres a chiquilinas que muchas veces no superan los 14 años de edad, sin posibilidad de negarse, aun a sabiendas del verdadero motivo por el cual fueron obligadas a abandonar a sus familias.
Una vez instaladas en las mansiones de los líderes políticos, deben estar a disposición cada vez que se les exija: “Esto ha estado sucediendo en tres generaciones de la familia gobernante Kim de Corea del Norte y se ha convertido en una tradición que es también una demostración de poder del líder sobre el pueblo y su poder sexual”, dijo el profesor Shigemura.

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