Junto a un nuevo paquete de medidas, nuevas leyes han entrado en vigor a partir del lunes 2 de enero en Francia. Una de ellas es la que prohíbe el uso de bolsas de plástico en supermercados y tiendas; tanto unos como otras deberán usar bolsas de papel o biodegradables, fabricadas con una mezcla de plástico y almidón. Además, la utilización de pesticidas comenzó a ser prohibida en jardines públicos y canteros, para evitar la intoxicación de animales.
Pero lo más singular de todo es el llamado “derecho a desconectarse” fuera del horario de trabajo. A partir de esta nueva disposición las empresas están obligadas a regular, durante las vacaciones o cuando su personal no está en funciones, el uso de las tecnologías de la comunicación (correos electrónicos o mensajes de cualquier tipo), para asegurar el descanso ininterrumpido de sus trabajadores.
Al parecer, la necesidad de una normativa en este sentido venía siendo creciente: “Los empleadores están cada vez más conectados durante los horarios no laborales” dijo Miriam el Khomri, ministra de Trabajo y propulsora de la ley; de hecho, la ley es conocida como “ley El Khomri”, “El límite entre la vida profesional y la personal cada vez es más tenue”, señaló.
Uno de los reversos negativos de una vida de hiperconexión es que el trabajo puede perseguirte a cualquier sitio, lo que redunda en un estrés y agotamiento constantes. La tecnología puede borrar las fronteras entre vida personal y profesional, y la necesidad de separar una de otra no es algo claro para muchos, tanto de un lado como en el otro de la ecuación. La nueva cláusula del código laboral no prohíbe explícitamente el uso de mensajes –más que una obligación, se trata de un acuerdo–, pero sí exige que las empresas con más de 50 empleados creen un nuevo protocolo para asegurar que las cuestiones laborales no se traten fuera de los horarios de trabajo. Entre las recomendaciones que algunos consultores han dado se encuentra evitar la función de “contestar a todos”, para ahorrarles a los trabajadores una sobreabundancia de correos innecesarios, así como establecer un horario claro dentro del cual no tengan que responder los mensajes. Algunas empresas han marcado un lapso de diez horas, entre las 21 y las 7, pero otras prevén hasta 12 horas, de 19 a 7.
Según una encuesta realizada en setiembre por el instituto francés de investigación Eléas, más de un tercio de las personas activas en Francia utiliza cada día la tecnología para atender asuntos laborales fuera de su horario de trabajo, y un 62 por ciento manifestó su acuerdo con una regulación en este sentido.
Lo que no está del todo claro es cómo se aplicará la nueva ley. En teoría los trabajadores pueden reclamar su “derecho a la desconexión”, pero en tal caso deberían hacerlo ante un tribunal laboral, y aportando las pruebas de la intrusión de sus empleadores en horarios extralaborales. También es una incógnita cómo hará uso de su derecho la gente que trabaja desde el extranjero, donde los husos horarios son diferentes.