La historia del vínculo entre Engler y el Cudim está salpicada de rispideces, motivadas principalmente por el negocio que la tecnología Pet, que el médico instaló en Uruguay, podría significar en manos de privados.
Si el factor empresarial privado es hoy determinante y condicionante en la medicina
uruguaya, entonces el proceso de incorporación de la técnica de tomografías por
emisión de positrones (Pet, por su
sigla en inglés) es un capítulo casi paradigmático de la contradicción entre la
misión de curar y el deseo de ganar. Esa contradicción condicionó el comienzo
del proceso de instalación de lo que se convirtió en el Centro Uruguayo de
Imagenología Molecular (Cudim) y
sigue hoy, cuando su impulsor, el profesor Henry Engler, fue desplazado de la
investigación y despedido de la institució...
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