La Empresa Municipal de Trasporte (Emt) niega que este dispositivo haya sido colocado a tales fines y explica, mediante un comunicado, que el bulto en cuestión es un inocente apoyabrazo, puesto allí para ayudar a incorporarse a personas mayores o con discapacidad. Pero el dispositivo no tiene, por donde se lo mire, otro fin que el de evitar que alguien se recueste a lo largo del banco.
El diseño de estas marquesinas fue elegido por la alcaldesa del ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, quien optó por este modelo entre otros cuatro que se le presentaron. La colocación de este separador en el tradicional banco de espera ya ha despertado la indignación de varios colectivos y Ong, entre ellos Distrito 14, que como respuesta a lo que llaman una medida “antipersona”, decidieron remover de los bancos estos separadores.
El movimiento, que se mantiene en el anonimato, se autoproclama como antifascista y anticapitalista y ha difundido en las redes un video en el que se muestra el procedimiento para desatornillar esta pieza divisoria. El mensaje ha sido visto con buenos ojos por otras organizaciones, que rápidamente se sumaron a la iniciativa que puede encontrarse en Youtube bajo el nombre de #ArreglaTuMarquesina, donde se ve a distintas personas imitando la iniciativa de Distrito 14.
No es de extrañar que una disposición de este tipo despierte la indignación y el enojo de muchos madrileños y españoles en general, quienes ante este tipo de medidas explotan en excesos de ira acumulada y desahogan sus frustraciones producto de la crisis económica en la que están hundidos. Como consecuencia directa de esta crisis, tan sólo en el primer semestre de 2014 se reportaron más de mil desalojos por embargos de casas y apartamentos. Lejos de detenerse, estos desahucios van en aumento, y noticias como estas no hacen más que avivar la llama de la discusión sobre las personas que quedan sin un techo.
Como expresa en su video, para Distrito 14 la cuestión es clara: “Las nuevas marquesinas de autobús suponen un mensaje desde el ayuntamiento de Madrid claro y directo para las personas sin hogar: además de no dejarles dormir bajo un techo digno, les impiden también hacerlo en estas marquesinas nuevas”. Podría pensarse que a algunos gobernantes no les basta con dejar a las personas en una situación de marginación y desamparo, sino que además tampoco las quieren cerca, rondando, dejándose ver, como evidencias tangibles de una crisis que inevitablemente los señala con el dedo.