La ceguera, real o imaginada, ha enriquecido la historia de la literatura, demostrando que puede convertirse en un símbolo de la sabiduría. Edipo se arranca los ojos con ironía trágica cuando su verdadera identidad le es revelada. Homero, encarnado en la figura del aedo ciego, irrumpe como el primero y más grande creador de mitos de la Grecia Antigua. Tiresias, que supo ser hombre y mujer y otra vez hombre, fue cegado por la furia de Hera ante su respuesta equivocada –a juicio de la diosa– a la pregunta de quién goza más en el acto sexual, si el hombre o la mujer. Compadecido, Zeus le otorgó el don de la profecía. Más cerca en el tiempo nos deslumbran escritores como John Milton, que perdió y recobró el paraíso a pesar de vivir en las tinieblas, y Jorge Luis Borges, que entre los libros y ...
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