«Recordatorio para hoy–decía un mensaje–:llevar cargador de celular.»
obre una mesa rectangular en el segundo piso del Montevideo Gaming House están desplegadas las cartas. Un mazo de cartas de pista –que no se usarán a lo largo de toda la partida–, un mazo de cartas de ubicación, otro de sospechosos. Al lado, una carta roja con un «10» grande que dice: «Deja esta carta en la mesa». Es la última a levantar, la carta que dará, en 80 minutos, el final que ha de cerrar esta partida de Alice ha desaparecido.1
La premisa inicial que llevó al encuentro era la posibilidad de jugar, por primera vez, un juego de rol feminista. Semanas antes, Lucía Foos, social media manager de Devir Américas, había dicho a Brecha que esa caracterización podía darse tanto por el tipo de personaje que lo integraba co...
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