Dos mujeres a dos orillas - Semanario Brecha
Biodrama en clave de murga

Dos mujeres a dos orillas

La obra Pochola, la murga, referida a la historia de Juana Pochola Silva, una de las primeras directoras de murga de la historia uruguaya, se estrenará en Uruguay y Argentina con dos elencos diferentes. Majo Silva, hija de Pochola, actriz, docente, directora y dramaturga rioplatense, conversó con Brecha acerca de las particularidades del proyecto.

Pochola Silva junto a su hija Majo. GENTILEZA DE LA FAMILIA

Majo Silva es una artista que ha construido su identidad entre la profundidad del río, la murga, el teatro y la música. Cuenta a Brecha: «Siento desarraigo si estoy en Uruguay, siento desarraigo si estoy en Argentina […]. Para sentirme completa tengo que vivir en el Río de la Plata, qué lindo sería construir un puente». Es que la historia de Majo –y la de Pochola– está llena de caminos entrelazados entre dos países hermanos, es una historia de dos mujeres a dos orillas.

Majo, la hija, nació en Uruguay, en Canelones, el 1 de diciembre de 1979. Cuando tenía 4 años cruzó el charco junto con su mamá, la legendaria Pochola Silva.1 Se crio en Argentina, en el barrio de Floresta, y Pochola siempre alimentó en ella la faceta artística. «Mi mamá me llevó a un curso de teatro, y en él mirábamos unos programas de La Tota y la Porota, en los que actuaban Porcel y Jorge Luz. La Tota y la Porota eran dos mujeres que se encontraban en la puerta de una casa y charlaban sobre los vecinos y las cosas que pasaban. Hice una escena de esas en el taller y la mostramos al público. Tenía 8 años y me encantó; ahí dije: “Quiero ser actriz”.»

Empezó a dar clases en 2006 en el club All Boys, en Floresta. Luego decidió formarse como profesora de teatro en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) e ir en busca de herramientas pedagógicas, porque la vocación de enseñar requiere manejar otros conocimientos. Hace más de 13 años que es docente, nunca dejó esa práctica. Su faceta de dramaturga la cultivó en 2020 porque la pandemia le dio más tiempo en casa; al respecto cuenta: «Siempre escribí, pero de forma más colectiva o a través de improvisaciones. Maruja Bustamante2 ofreció dar un taller sin cargo para quienes estábamos en la grupa PIT (Profesores Independientes de Teatro), el trabajo me re gustó y ahí escribí mi primera obra, La Floresta. Como dice Maruja: “Hoja en blanco, culo en silla”». Esta primera obra trata acerca de una mujer que quiere escaparse de su barrio para instalarse en un lugar nuevo. El diálogo lingüístico y simbólico se genera entre Floresta, el barrio porteño del que es oriundo el personaje, y La Floresta, el balneario uruguayo con el mismo nombre hacia donde huye después de sentirse agobiada por su situación familiar. Es una obra con perspectiva de género que cuestiona distintas temáticas: la maternidad, los vínculos y ese sentimiento de escisión, de división entre espacios y países.

La obra Pochola, la murga fue escrita en 2022, en un taller de la maestra Vivi Tellas3 que formaba parte de la maestría de dramaturgia que estaba cursando en la UNA. «Vivi nos dijo que llevemos dos fotos que nos interpelen […] cuando vio la de mi mamá, que es la foto donde está dirigiendo su murga de mujeres Rumbo al Infierno, me dijo que era una foto con muchísima teatralidad. Yo le expliqué un poco la historia y me dijo: “Para mí, tenés que escribir por ahí”. Yo ya lo sabía, al mismo tiempo me daba cosita porque mi mamá estaba pasando por un período de enfermedad y era difícil meterse en eso. Empecé a escribirla en un proceso que llevó cuatro meses y cuando terminó la escritura de la obra, mi mamá falleció. Justo esa semana. Vivi habla de la dramaturgia del destino, yo creo que algo de eso hay.»

Tanto el biodrama como la murga son dos lenguajes teatrales muy potentes. El primero, creado en 2002, se caracteriza por valorizar y explorar, desde el teatro, la vida de las personas; se inscribe en lo que se podría denominar el retorno de lo real en el campo de la representación. Acerca de ese proceso de choque e intercambio entre ambas formas, Silva explica: «En el caso del biodrama, al estar estudiando directamente con la persona que lo creó como lenguaje, pude ir construyendo la obra de la mano con su lectura. Eso me daba cierta seguridad al momento de escribir. Era difícil meterse en estos temas porque hablamos de emociones que nos atraviesan, estamos hablando de la familia, en este caso de mi mamá. Algunos familiares también están en la obra y con algunos la relación no es buena. Entonces es complicado, es complejo mezclar la realidad y la ficción. La ficción aparece y la memoria siempre está vinculada a retazos de existencia. Otras partes están creadas a partir de la imaginación; de algún modo, ambas cosas se complementan: los hechos, como los recordamos, nunca fueron exactamente como los recordamos. Siempre hay como un halo de ficción en el recuerdo, o en la construcción que hacemos a partir de los relatos de otras personas de aquellas experiencias que no vivimos, pero heredamos o nos atraviesan».

Majo fue encontrando distintos tipos de materiales: fotos, recortes, cartas. Afirma que es un proceso movilizante, ya que el ejercicio de recordar transformó muchas cosas, incluso en su vida cotidiana. El cruce entre biodrama y murga estilo uruguayo es realmente una novedad, y para llevar el proyecto a cabo consideró necesario contar con un elenco en Argentina que conociera la murga como lenguaje teatral. Así, el espectáculo tendrá dos elencos, personas del teatro y la murga uruguaya, pero también murgueros y murgueras argentinos. El desafío es encontrar, con cada grupo de actores y actrices, la esencia de esta historia tan rioplatense.

Dentro del campo del Carnaval, la memoria colectiva sigue dando que hablar. Es inevitable no mirar críticamente el rol y la participación de las mujeres. Hasta el día de hoy, la lucha por la visibilización de las artistas que fueron y son vanguardia es una deuda pendiente del Estado y la sociedad toda. «Fueron muchos años en los que nadie la recordaba», cuenta Majo. «Yo conocí a las chicas de la murga de mujeres Cero Bola cuando encontraron recortes de mi mamá en un tacho de basura y nos buscaron.» La imagen de la basura cierra el pecho, hace pensar en las mujeres de la historia de la cultura popular como residuos desechables. Sin embargo, el legado de Pochola está más vivo que nunca. Hace unos pocos años, distintas feministas, agrupaciones, artistas, colectivos están dando pasos que visibilizan la labor de mujeres y disidencias en todas las artes. Las murgas Cero Bola y Falta y Resto fueron las primeras en reconocer a Pochola dentro de la historia del carnaval; aún queda mucho por hacer.

El estreno de Pochola, la murga en Uruguay es el 28 de julio en Parque Artigas, en la localidad de Las Piedras, barrio del que salía la murga de mujeres Rumbo al Infierno. Luego estará el 29 de julio en el Complejo Cultural Politeama y el 30 de julio en Parque del Plata. En Buenos Aires se estrena el primer domingo de junio en Nün Teatro Bar en Villa Crespo, y estará en cartel durante mes y medio.

1. Para conocer más sobre la historia de Pochola, ver aquí.

2. Actriz, directora, dramaturga y cantante argentina. Referente actual de la escena teatral argentina y regional.

3. Directora de teatro argentina con gran influencia en la escena internacional. Creadora de Biodrama, un proyecto revolucionario sobre biografías escénicas.

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