Como hay una “dinastía” Fattoruso en la música uruguaya, también la hay entre los Magnone, los Ibarburu y ni que hablar, los Drexler. Familias absolutamente musicales, donde cada integrante se ha destacado brillando con luz propia. En el caso de los Drexler, Jorge y también Daniel han llevado adelante sus carreras solistas con especial empeño y talento, desde hace ya muchos años.
Diego, su hermano menor, había mantenido un perfil mucho más bajo, aunque integrando un exitoso proyecto como la banda Cursi durante 15 años en carácter de bajista y vocalista de apoyo. Una banda con siete discos editados y una interesante repercusión local y regional, que Diego integró junto al baterista Diego Bartaburu y el guitarrista y vocalista Fabián Krut y que produjo importantes discos como Corazón de hotel (2004), Delivery (2007) y Ventilar (2008).
Sin embargo, la vocación que seguramente debe anidar en los cromosomas familiares, le ha impulsado a lanzar una carrera solista largamente postergada, con la grabación y edición en 2014 de su opus debut, De nuevo,1 que fuera presentado al público en noviembre del pasado año en el Centro Cultural de España.
De nuevo es un disco que muestra un Drexler que no canta ni compone como Jorge o Daniel, que practica una modalidad mucho más “pop-rock” y menos fusión que sus hermanos, y que si bien se apoya en eficientes tramas de guitarras bien enlazadas, en lo global su producto no tiene la pulcritud casi excesiva de la música que hacen sus dos hermanos. Algo que no es un demérito, sino muy posiblemente una virtud. Es una música con menos cálculo, más instantánea, más visceral, pero a la vez más sencilla y de menor vuelo creativo.
Tal como sucedía con Cursi, Diego toma el camino siempre peligroso en un medio musical como el uruguayo, de optar por un pop algo liviano, ese que es acusado de “blando” por el núcleo duro de los rockeros. Un camino de algún modo parecido al que ha emprendido hace ya muchos años el talentoso Alejandro Ferradás. El resultado es sorprendentemente bueno para un disco debut, donde Diego muestra que puede componer músicas sencillas y recordables, y escribir letras eficaces y con contenido.
Su canto está lleno de espontaneidad pero sin dudas es una faceta que debe pulir mucho más, ganando en convicción y presencia. Sin embargo, hay buena madera y mucha inteligencia detrás de esa voz que recién empieza a luchar por un espacio solista.
En el marco de un disco parejo, se destacan “Pulsión”, que abre el disco con mucha fuerza y una melodía “de gancho”, “Sobre esdrújulas”, muy atractiva, basando su texto en ese tipo de palabra, un recurso que no es nuevo en la música uruguaya, pero que siempre resulta atractivo. Y luego están “Hoy”, con su estudiada liviandad pop, la excelente “Comunicación”, en coautoría con su ex compañero de Cursi, Fabián Krut, de bella melodía e interesante planteo armónico y el ágil ska “Juega conmigo”.
Acompañaron a Diego Drexler en esta primera aventura solista, Nico Constantín en batería y percusión, el siempre eficiente Gonzalo Gutiérrez en guitarras, y Quey en piano, encargándose Diego del bajo, voces principales, coros, guitarra y percusión.
El disco cuenta con uno de los diseños de tapa y librillo interior más bellos en la música popular uruguaya del último tiempo, lo que suma atractivo a este disco inaugural que abre muy buenas perspectivas para el tercer Drexler solista.
1. De nuevo, de Diego Drexler. Ayuí, 2014.