Es sabido que las palabras significan, pero, cuando son escritas y definen dónde se gastará durante los próximos cinco años, interpretarlas requiere especial cuidado. Lo que se plasma en el proyecto presupuestal, en su mensaje y su análisis da cuenta de los rubros y los sectores que el gobierno busca impulsar y sostener. Pero lo que no se nombra también tiene su peso; a veces tanto que, al caer, el ruido es ensordecedor. En las casi 600 páginas que componen el presupuesto del Poder Ejecutivo (PE), no se nombra a los productores familiares. La ausencia no es sólo discursiva. Tanto la asignación de recursos prevista como las transformaciones organizativas en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y lo presupuestado para las unidades de apoyo, investigación y fortalecimiento d...
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