El cianuro, inesperado invitado a la campaña electoral - Semanario Brecha

El cianuro, inesperado invitado a la campaña electoral

La rotura de una válvula en las tuberías de una mina en San Juan hizo que el derrame de 224 mil litros de cianuro encendiera las alarmas en el movimiento antiminero, al punto de salir a reclamar la renuncia del gobernador K José Luis Gioja. Una mala noticia para el candidato oficialista Daniel Scioli a un mes de las presidenciales argentinas.

Scioli participó el 17 de julio, en San Juan, del encuentro de la Organización Federal Minera, que reúne a todas las provincias del norte argentino con actividad minera e incorporó a Buenos Aires a ese núcleo, con la promesa de crear un Ministerio de Minería y salir a buscar inversiones. La cúpula de la Barrick en Argentina aplaudía en primera fila. El martes 22 el juez Pablo Oritja abrió un sumario a la empresa por su responsabilidad en el escape de cianuro, mientras que el fiscal federal Federico Delgado solicitó iniciar una investigación sobre la responsabilidad de las autoridades nacionales y provinciales en el derrame. “El hecho es gravísimo y nosotros desde la Asamblea Rural de Jáchal lo venimos denunciando desde el momento en que la Barrick se instaló en la zona”, aseguró a Brecha Marisa Breit, integrante de la asamblea. Para apagar el incendio, el titular de la Cámara Minera de San Juan, Jaime Bergé, usó más combustible: “podés tomar hasta medio vaso de cianuro que no pasa nada”, dijo, y la población de Jáchal se le fue encima. Las autoridades municipales declararon la emergencia ambiental y el juez Oritja conminó a la Barrick a proveer de agua mineral a los vecinos hasta que se solucione el problema y los controles de agua potable eliminen toda duda.

Pese a todo, en la Casa Rosada aún duermen tranquilos el sueño electoral. El primer candidato a diputado nacional por Buenos Aires del macrismo, el empresario y periodista de Fox Sports Fernando Niembro, declinó su candidatura después de que la justicia detectara que una empresa de su propiedad había cobrado 21 millones de pesos por servicios que jamás prestó al gobierno de la ciudad de Buenos Aires, a cargo precisamente de Macri. La candidata del Pro –el partido de Macri– a la intendencia de Avellaneda, Gladys González, también está acusada de sobornos y tráfico de influencias, y sus propios compañeros le pidieron que baje su candidatura.

Para el kirchnerismo, las denuncias de fraude en Tucumán, donde su candidato Juan Manzur sacó 12 puntos de ventaja a la alianza entre el radicalismo y el Pro, generaron zozobra porque la Cámara de Apelaciones había dictaminado que la quema de urnas ameritaba volver a votar. Pero cuando el Tribunal Supremo de Justicia estableció el triunfo de Manzur y lo ungió gobernador, todo volvió a la normalidad. Si a eso se le suma el triunfo el domingo pasado en Chaco, el kirchnerismo ya armó un mapa con 11 de las 24 provincias a su favor, lo cual condiciona al futuro gobierno nacional.

El derrame de cianuro en San Juan abre por otra parte un interrogante sobre la hipoteca a futuro de grandes zonas cordilleranas en diferentes provincias argentinas, con el trasfondo de un movimiento antiminero que sigue ganando espacios sociales y plantándose ante las autoridades como actor político. El próximo gobierno tendrá un escenario de mayor profundización en los reclamos ambientales. San Juan, La Rioja, Chubut y Mendoza se muestran como bastiones de resistencia a la megaminería, mientras Córdoba, Entre Ríos, Formosa y Salta ven crecer los movimientos contra los agroquímicos ligados a la fumigación de extensiones sojeras. En todos los casos estos movimientos comienzan a cuestionar el modelo productivo impulsado, entre otros, por el kirchnerismo, base de la llamada “década ganada”.

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