No le gustaba hablar de su infancia, ya que temía terminar inventando, a fuerza de relatarla, un pasado ficticio, como hizo John Ford con Irlanda. Sin embargo, cuando hablaba de aquellos tiempos, siempre se trataba de los sonidos, de la luz, del movimiento: el ruido de los bombardeos nazis, la luz de las bengalas de la liberación, el movimiento de los tranvías, los rayos de sol filtrándose por los postigos, los pasillos desiertos y sombríos. Tal vez fuera por eso de haber nacido en Lyon, la cuna de los hermanos Lumière: ¿cómo explicar ese determinismo que llevó a que aquellos inventores tuvieran por apellido la palabra luz? Para los amantes del cine, aquí empezó todo. El cinematógrafo nació en el corazón del barrio de Monplaisir, de Lyon, donde Louis Lumière grabó a las obreras salien...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate