A la interpelación por el clientelismo político en Salto Grande la trasuntó un fantasma: el de la antipolítica. Unas cuantas intervenciones de la maratónica sesión hicieron hincapié en que la instancia debía ser aprovechada para prevenirse contra ese fenómeno que campea en la región y amenaza con llevarse puesta –aunque sea transitoriamente– a la política tradicional. Por ejemplo, el diputado emepepista Alfredo Fratti recordó que el desprestigio de la política fue una de las coartadas para el golpe cívico-militar. La Cámara de Representantes debía, entonces, adoptar una posición contundente. Y lo hizo.
Con 93 votos en 95, el plenario de Diputados expresó que «considera necesario que la delegación uruguaya ante la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande [CTM] promueva en forma inmediata el c...
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