—¿Piedra de toque de esta iniciativa?
—En 2012 el grupo de teatro que integraba fue seleccionado para participar en el primer festival internacional de Teatro para el Fin del Mundo (Tfm) en la ciudad de Tampico, estado de Tamaulipas, México. Lo único que sabíamos antes de ir era que trabajaban sobre espacios abandonados y que la ciudad era muy violenta; y la experiencia nos movió, a las tres personas que fuimos, a reconcebir el teatro en contextos de emergencia real. Posteriormente organizamos, en forma independiente y con apoyo del Instituto Nacional de Artes Escénicas, la venida del dramaturgo y director del Tfm Ángel Hernández, que hizo dos laboratorios, uno de dramaturgia y otro de intervención escénica, al término del cual hicimos un montaje en un barco abandonado en la rambla portuaria, con participación de los ex tripulantes africanos de un buque asiático que se refugiaron en estas costas, amparados por el sindicato de trabajadores del mar. Ahí, azuzados por Ángel, afianzamos la idea de replicar en Montevideo el festival Tfm, cosa que ocurrirá en noviembre, y comenzamos a pensar lugares posibles.
—El Cerro era candidato ideal, por los frigoríficos.
—Sí, aunque no sólo por ellos. De hecho estamos trabajando todos los domingos en el esqueleto del ex Parador del Cerro, a la altura de la Fortaleza, que lleva 15 años de abandono y era un lugar al que buena parte de su entorno, un asentamiento, aconsejaba no ir. Fuimos y los supuestos delincuentes y adictos que nos esperarían eran, en realidad, gurises y jóvenes de la vuelta que rápidamente se integraron a nuestra dinámica, al punto que hoy saben cuándo participar y cuándo abstenerse en lo que estamos generando, seguros de que concluiremos la jornada jugando a la pelota con ellos. Otros lugares que planeamos usar son el Frigorífico Swift y la Casa de la Pólvora, o Polvorín, si la Armada Nacional accede a cedernos ambos, el Parque Tecnológico Industrial del Cerro (Pti), el doble piso contiguo al Memorial de los Detenidos Desaparecidos que los cerrenses –soy del barrio– llamamos “planchada”, con una vista espectacular a la bahía, y como espacios alternativos la fachada de la ex fábrica Colagel, a la entrada del Cerro, y el muelle público, en la rambla Egipto.
—¿En qué basan la expectativa de que el público conecte con ámbitos nada amigables?
—Primero, en la fuerza que tiene un espectáculo construido desde la memoria de un lugar, cuya historia recomponemos, palmo a palmo, con investigación previa. En segundo lugar, en las manifestaciones del cuerpo de los espectadores, porque, como bien decís, son sitios en las antípodas de la comodidad, que te obligan a estar parado y expuesto a tropezar, caerte, ensuciarte, etcétera. Y hay ruidos, olores, un despertar de los sentidos que, aunado a lo que ves, creo que genera una comunicación muy particular con el público. Y el desafío para los actores y técnicos no es menor, cómo actuar sin que el espacio te devore, cómo iluminar la figura humana en un agujero negro.
—La entrada a los espectáculos del festival será gratuita.
—Absolutamente. Y será internacional, como el mexicano, con un grupo que vendrá de Córdoba, Argentina, otro de México y quizás uno de Valparaíso, Chile, y aparte del nuestro habrá tres espectáculos uruguayos para los cuales estamos lanzando una convocatoria abierta a todas las disciplinas artísticas interesadas en trabajar en estos espacios, adaptando montajes propios o creando específicos.
—¿Cómo financian esto?
—Por ahora con actividades como el recital de esta noche y algún “almuerzo a beneficio” que hicimos en el Cerro. Tenemos apoyos institucionales varios, el Municipio al que pertenece el Cerro nos dará terrible mano con los transportes, nos presentamos a todos los fondos concursables que hay y tocamos a todas las puertas, pero a la fecha contamos con cero efectivo para concretar los dos componentes fundamentales de este proyecto: alojamiento y comida de los visitantes, y montaje posterior, nuestro, en sus respectivos países.
1. Noche de rap, rock y reggae con la banda Porno, y espectáculos en vivo. Centro Cultural Tractatus, rambla 25 de Agosto 540, esquina Ituzaingó, a las 23.30. El festival Teatro para el Fin del Mundo, concebido a imagen y semejanza de su original mexicano, sucederá en el Cerro del 26 al 29 de noviembre.