Empecemos por el título, porque será lo primero que merezca varias miradas, si es que uno puede escapar por un momento del magnetismo esperpéntico de ese Gardel devenido Gioconda en la tapa del libro. “Es un nombre medio bobo –dice Fermín–, pero a mucha gente le gustó, y juega con el nombre del Río de la Plata. Lo de ‘me río de la plata’ es muy relativo. Algunos de los artistas retratados se hicieron millonarios. Otros, como Cabrerita o Mateo, fueron muy pobres.” A eso se agrega que Ombú no siempre “se ríe” o busca hacer reír con sus caricaturas. Y es que no hay categorías rígidas que puedan aplicarse a este libro, ningún encuadre que describa cabalmente y sin fugas lo que en realidad ofrece.
Algunas de las obras –no hay otra definición que las englobe– tienen un franco elemento humorístic...
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