El hambre ruge en el estómago y afecta el crecimiento, sobre todo, de los niños más pequeños. El proyecto Amatista es el único centro del Sistema de Protección Integral de 24 horas del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) que alberga a mamás adolescentes con sus bebés. Y allí, durante febrero, el hambre se sintió: los alimentos secos no llegaron al hogar, tampoco las frutas ni las verduras. Esto significó que las madres y sus bebés –que ingieren alimentos sólidos– no contaran con lo básico para alimentarse y crecer adecuadamente.
Harina, azúcar, cocoa, pulpa de tomate y fécula de maíz son solo algunos de los alimentos que faltan hace, por lo menos, 15 días. A raíz de eso, niños, niñas y adolescentes amparados bajo el sistema de protección (porque sus derechos básicos fueron vulnerados en sus hogares de origen) se quedaron sin comer sus colaciones durante este mes, y la decisión de cómo repartir el escaso alimento con el que cuentan los centros la tomaron los propios trabajadores. Por ejemplo, los niños no comían colaciones para así poder tener media manzana como postre luego de sus almuerzos y cenas. Además, estos mismos trabajadores hicieron colectas, compraron ingredientes y prepararon tortas para la hora de la merienda.
SIN ALIMENTOS INAU
El 26 de febrero se creó una nueva casilla de mail llamada «SinAlimentosINAU», que representa a un colectivo de, por lo menos, nueve hogares (entre ellos, el Centro de Breve Estadía de varones, ex-Tribal). La casilla se creó con el propósito de enviar un comunicado a todo el directorio del INAU, al Sindicato Único de Trabajadores y Trabajadoras del INAU (Suinau) y a la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) para denunciar esta situación. «Es un tema de mucha sensibilidad y creemos que debe ser resuelto de manera urgente. Los niños, niñas y adolescentes que transitan por el Sistema de Protección Integral de 24 horas ya han vivido muchas vulneraciones, es importante que no sufran más violencia de ningún tipo», narran en el mail al que accedió Brecha.
Consultada sobre el tema, la directora por la oposición, Natalia Argenzio, explicó al semanario que se tomó conocimiento de la situación a través de ese mail y que, a raíz de varios pedidos de informes que realizó, hasta el momento pudo constatar que lo narrado es real, pero que aún «no se sabe cuál es la profundidad del asunto, si es solo de este mes o viene arrastrándose de antes». Por su parte, fuentes de los hogares afirmaron al semanario que el vicepresidente de la institución, Aldo Velázquez (Cabildo Abierto), respondió al comunicado con el siguiente mensaje: «En este momento estoy pidiendo un relevamiento, ya que la información que me llega es contradictoria, algún área [sic] dice que ya se pudo solucionar, otras que no».
En diálogo con Brecha, Velázquez confirmó que fueron 19 los hogares en los que hubo falta de comida este mes. El director afirmó que hubo escasez de «algunos alimentos secos y en otros, frutas y verduras», y agregó que «carne nunca faltó». Asimismo, Velázquez aseguró que el miércoles 28 «vimos con el proveedor que no se iba a poder entregar toda la comida, entonces me encargué personalmente y envié a mi chofer a repartir el alimento en la mitad de los hogares donde había faltante, y de la otra mitad se encargó el proveedor». El cabildante hizo especial hincapié en que estos problemas suceden porque hay una «cultura institucional que debería cambiar», y opinó que «podrían encargarse los mandos medios de algunas cuestiones antes de que lleguen al directorio». Consultado sobre el intercambio de mails, Velázquez fue sucinto: «No considero apropiado hablar de comunicaciones internas», dijo.
«No sabemos si lo que está llegando es una solución definitiva o es por algunos días», explicó al semanario una trabajadora, que aseguró: «Hicimos magia con lo que se tenía». Argenzio, por su parte, explicó que hubo centros en los que se habilitó el uso de la «caja chica» para hacer algunas compras, algo que, en su opinión, «no corresponde ni es la solución». La directora dijo que el dinero que se maneja en esas cajas tampoco es tanto: «Ronda unos 12 mil pesos, y en los centros de breve estadía se duplica el número». Por su parte, Velázquez coincidió en que no son soluciones estructurales y en que, al ser fin de mes, muchos hogares ya no cuentan con ese dinero.
FALLAS LOGÍSTICAS
La llegada de los alimentos a los hogares requiere una coordinación interna de varios eslabones institucionales que en este caso falló. Argenzio dijo que «no se gestionaron los procedimientos correctos». En escenarios ideales, es el área de nutrición el que hace los pedidos y define cuál es la cantidad de víveres que se deben comprar acorde a las necesidades de cada hogar y, a su vez, agregan un 20 por ciento adicional. Luego, a través de la Unidad Centralizada de Adquisiciones, se asigna a los proveedores. Según Velázquez, el problema esta vez fue que la asignación a esos proveedores se enlenteció. El vicepresidente además confirmó que en diciembre también se registraron problemas con los víveres, pero fueron solucionados rápidamente.
Por su parte, Argenzio opinó que «corresponden procesos ágiles y que se informe al directorio para poder dar una respuesta inmediata». Sin embargo, no fue lo que sucedió en este caso. Asimismo, explicó que el déficit se dio en el rubro de funcionamiento del instituto: «Esto también está relacionado con el déficit de presupuesto, pero hay que separarlo, porque el INAU tuvo una gran dificultad con el cierre del Ejercicio de 2023 para el pago de este rubro». También detalló que el rubro de funcionamiento es uno de los más afectados, «dado que en la rendición de cuentas no se otorgó lo solicitado». Pero este no es un problema puntual, sino, más bien, medular. La directora dijo que es el Ministerio de Economía y Finanzas el que habilita el efectivo presupuestado para el organismo y, en el caso del INAU, «siempre se habilita menos y se va otorgando de a poco», algo que impacta fuertemente en la caja institucional.
Varios hogares del Sistema de Protección Integral de 24 horas del INAU no recibieron la partida alimenticia correspondiente a febrero
El fondo de la olla
Fueron 19 los hogares del Sistema de Protección Integral del INAU que no recibieron alimentos secos, frutas ni verduras durante febrero. El directorio tomó conocimiento a raíz de un mail enviado por trabajadores, a través del cual demandaban una solución inmediata. En algunos casos, la escasez fue tal que los propios educadores de los centros tuvieron que hacer colectas para adquirir los productos.
Aldo Velázquez (izq.), Guillermo Fosatti (cen.) y Natalia Argenzio (der.). Vicedirector, presidente y directora de INAU, respectivamente
Focouy, Federico Gutiérrez