El mercado frigorífico de Brasil experimenta una rápida transformación después de la llegada de multimillonarias inversiones sauditas. La SALIC (siglas en inglés de Compañía Saudita de Inversiones Agrícolas y Ganaderas), una sociedad por acciones propiedad del Fondo de Inversión Pública del Reino de Arabia Saudita, ha ampliado exponencialmente su presencia en grandes empresas brasileñas capaces de amenazar el liderazgo de JBS, actualmente la mayor productora de proteínas y la segunda mayor productora de alimentos del mundo.
En los últimos años, el camino del fondo de inversión saudita en Brasil ha involucrado sucesivos negocios hasta convertirse en uno de los socios mayoritarios de Minerva, una de las tres principales empresas productoras de carne en el gigante sudamericano. También le ha permitido, a partir de julio de este año, ser el segundo mayor accionista de BRF, una de las mayores productoras globales de pollo, con 10,7 por ciento del capital de la compañía, solo detrás de Marfrig, que posee 47,5 por ciento de las acciones de BRF.
En agosto de este año, en su movimiento más reciente, la SALIC participó como parte interesada en la compra de 16 plantas de sacrificio de Marfrig, 11 de ellas solo en suelo brasileño, y respaldó a Minerva en América del Sur. El acuerdo, cerrado por un monto de 7.500 millones de reales (aproximadamente 1.500 millones de dólares), aún está pendiente de la aprobación del Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE), el organismo brasileño encargado de fomentar la cultura de la libre competencia.
La entidad ha tenido sus actividades paralizadas desde principios de noviembre debido a un conflicto relativo a la sucesión de consejeros del tribunal que juzga este tipo de operaciones. Aunque las empresas involucradas en negociaciones pendientes en el CADE proyectan que las resoluciones se lograrán solo el próximo año, en el sector agropecuario se espera la aprobación y la conclusión de la venta de las plantas. Un cuarto del valor ya fue amortizado en agosto, cuando se cerró el acuerdo.
Consultada por Brecha, Minerva Foods destacó la oportunidad estratégica que significan estas adquisiciones, alineada con el plan de «diversificación geográfica, ya que contempla activos complementarios a las operaciones industriales y de distribución de la compañía en Brasil, Uruguay, Argentina y Chile». Solo en el segmento de los bovinos, la empresa espera alcanzar una capacidad de sacrificio de 22.336 cabezas por día únicamente en Brasil, lo que contribuiría a expandir 43 por ciento su productividad en las 40 plantas distribuidas en América del Sur.
Por su parte, Marfrig también aclara que la transferencia de ocho unidades activas y tres inactivas en Brasil consolida su estrategia de enfocarse en productos de alto valor agregado, industrializados y de marca. En su portafolio, la empresa cuenta con marcas muy conocidas en el mercado brasileño, como Bassi y Montana, además de la estadounidense National Beef, cuyo control adquirió en 2018. Según la compañía, sus ingresos netos en América del Sur pasaron de 5 por ciento a 20 por ciento entre 2018 y 2020.
Además de mantener dos plantas de sacrificio y deshuesado en Brasil, Marfrig también tiene dos plantas de sacrificio y procesamiento de productos, así como una fábrica de productos industrializados y otra de hamburguesas. Una estrategia que también apunta a reducir la dependencia del ciclo ganadero de Estados Unidos, de donde todavía proviene gran parte de sus ingresos.
Un agente del mercado frigorífico brasileño que habló con este semanario sobre la sacudida en el mercado después de la llegada de la SALIC, con la condición de que su testimonio fuera anónimo, destacó el papel saudita en la aproximación entre Marfrig, BRF y Minerva. No obstante, aunque las dos primeras eventualmente se fusionen, lo que se considera una posibilidad real a mediano plazo, sus ingresos totales equivaldrían solo a 39 por ciento de los de JBS, según datos de 2020.
Se trata de una verdadera persecución al líder del mercado, que también mantiene inversiones constantes en la expansión de su presencia en todo el mundo. Controlada por J&F Investimentos y dirigida por Joesley Batista, JBS anunció en octubre una inversión, solo en Brasil, de 3.500 millones de reales (aproximadamente 720 millones de dólares).
Con acciones negociadas en la Bolsa de valores de San Pablo, todas estas empresas de capital abierto compiten por terreno entre los accionistas, al igual que lo hacen en la búsqueda y la fidelización de productores. Hasta agosto de 2023, Minerva fue la empresa que más se destacó en el sector en operaciones, con ganancias de aproximadamente 1.800 millones de dólares en el segundo semestre, lo que ayudó a valorar sus acciones en 6 por ciento.
Con la mirada puesta en las exportaciones a China, que representan 36 por ciento de los ingresos totales, la empresa planea expandir su actual participación de 22 por ciento en las exportaciones de América del Sur. A su favor se encuentran factores importantes, como el aumento de la producción regional, especialmente de bovinos, cerdos y aves, la creciente participación del mercado en el PBI brasileño y, por supuesto, el apetito de los sauditas por nuevos negocios.