En mayo, un video colgado en el portal del Ministerio de Educación y Cultura escandalizó a un sector de la sociedad uruguaya. Se trataba de la convocatoria a participar de la propuesta “Bailamos siempre las mismas canciones” (Bslmc), proyecto colectivo que se ha presentado como sketch de danza contemporánea. El grupo, próximo a estrenar su obra en el teatro Solís, afirma que apoya la ley integral trans y define su trabajo como “la primera obra de danza pro aborto colaborativo en Uruguay”.
Una mano hace sonar una claqueta delante de una puerta cerrada. Se escuchan una batería y un grito agudo sostenido; la cámara ingresa a una habitación en una “subjetiva” (como si fuera un personaje) que nos vuelve voyeuristas de un espectáculo íntimo. Una persona en calzas fucsias, barba y máscara de luch...
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