—En tu trabajo es notable un esfuerzo u
obsesión en la búsqueda de las palabras justas para nombrar las realidades
extraordinarias. En este sentido, ¿cuál es el contexto del trabajo con la
figura de la víctima, dada la constatación de que el viejo ciudadano se
desmorona?
—Tiene que ver con encontrar
las palabras justas para aquellas cosas que se escapan de la órbita del trabajo
sociológico más asentado. Si la sociología, desde que se fundó, ha sabido dar
forma al vocabulario acertado para entender el orden tal cual se constituye en
el siglo XIX, siempre le resultó problemática la franja de lo de fuera. Y
mientras esa franja era chiquita, no pasaba gran cosa. Pero a partir del
momento en el que se empieza a ensanchar, ya es un problema general. Y ahí, mi
inquietud, como la de toda la discip...
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