En octubre de 2019, unos 25 bares y cafés de Montevideo llevaron adelante la décima edición del evento benéfico Café Solidario, esa vez para contribuir a la compra de un electroencefalógrafo para el hospital Maciel. En aquel momento, el director y neurocirujano Álvaro Villar dijo a los medios de prensa que el equipo permitiría ampliar la policlínica de estudios de trastornos del sueño que funcionaba desde tiempo antes en el hospital. «El electroencefalógrafo posibilitará evaluar y monitorizar pacientes de CTI que están en coma y también será de utilidad para el estudio de pacientes con epilepsia y de trastornos del sueño», señaló. «Gracias a las ventajas de una donación monetaria, se logra comprar equipos que son de alta tecnología y permiten agregar valor a la atención de nuestros pacientes, negociando precios ventajosos para el hospital y concretando de esta manera logros específicos y visibles con el aporte de los uruguayos», acotó Villar en otra entrevista, durante el lanzamiento del evento.
Sin embargo, a diferencia de otras donaciones de equipos y enseres para el Maciel, no hay artículos de prensa ni registros sobre la recaudación final del Café Solidario en esa edición, ni sobre el monto invertido en los equipos, ni sobre su instalación. Fuentes de la organización Café Solidario –integrada por comercios de los barrios Centro, Cordón y Ciudad Vieja– afirmaron a Brecha que lo recaudado en aquella décima edición fue depositado por cada empresa en la cuenta de la Comisión Honoraria de Apoyo al Hospital Maciel (CHAHM), pero, a diferencia de anteriores ocasiones, nadie convocó al grupo para la «entrega virtual» del equipamiento adquirido con el aporte de los clientes. El depósito a nombre de la CHAHM fue acordado con Villar para evitar que el dinero fuera «al bolsón» de los recursos estatales y que la burocracia retrasara la adquisición del equipamiento, explicaron las fuentes. Brecha constató que el electroencefalógrafo llegó al centro de salud. Sin embargo, no hay indicios de que el aparato se haya utilizado. Por un lado, un mes antes del evento solidario, en setiembre de 2019, el Maciel convocó a un llamado a licenciado en Neurofisiología con miras a operar el mencionado equipo. Y, si bien hubo una selección de aspirantes, ninguno fue convocado. Por otra parte, el portal de la Agencia Reguladora de Compras Estatales revela que los estudios de encefalografía del hospital Maciel han sido sistemáticamente tercerizados por compra directa desde 2019 –cuando la policlínica funcionaba principalmente para trastornos respiratorios y se agregó neurología– y que al menos hasta mayo de 2021 la proveedora era una empresa vinculada con el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas Grecco. En efecto, cientos de estudios fueron comprados a la clínica EEG Electrodiagnóstico Médico SRL (RUT 213958090011), cuyo director técnico fue el doctor Salinas desde octubre de 2008 hasta enero de 2020. El ahora ministro y uno de sus hijos, Diego Martín Salinas Soto, poseían EEG Electrodiagnóstico desde 2015, cuando compraron la empresa a Martín Patricio Gutiérrez Tastas, hijo del psiquiatra Martín Gutiérrez Oyhamburo (acusado de torturador en la dictadura y mentor de Salinas en la especialidad de neurología). Gutiérrez (h) cedió su parte de EEG Electrodiagnóstico Médico a Salinas Grecco y a su hijo en enero de 2016, aunque en su cuenta de Linkedin todavía figura como director técnico de la firma.
El 14 de enero de 2020, dos meses antes de asumir el ministerio, Salinas Grecco traspasó la totalidad de EEG Electrodiagnóstico a su hijo Diego Martín, quien pasó a ser su «administrador y representante», según consta en las publicaciones del Centro de Información Oficial. Así, la misma firma administrada por el hijo del ministro facturó por concepto de electroencefalogramas que el Maciel compró en forma directa un total de 881.878 pesos entre enero y diciembre de 2020, y 485.800 pesos entre enero y mayo de 2021, aunque el aparato para hacer esos estudios estaba disponible desde 2019 en el hospital. En diciembre de ese año, el informativo de VTV informó que EEG Electrodiagnóstico había sido sancionada en 2017 por la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) debido a «graves irregularidades formales y, además, a una incompatibilidad de funciones, ya que, mientras su empresa le prestaba servicios a ASSE, Salinas era electroencefalografista en el hospital Vilardebó». Sin embargo, a esa altura el Maciel ya le había pagado 803.700 pesos en el año y 448.500 entre junio y noviembre de 2018. Los últimos registros de compras estatales por este concepto con EEG Electrodiagnóstico datan de mayo del año pasado. Qué empresa la sustituyó es un misterio. Brecha intentó comunicarse con el infectólogo Aníbal Dutra, exasesor de Salinas y director del Maciel desde abril de 2020, para conocer las razones por las cuales el servicio siguió tercerizándose a pesar de que el centro de salud contaba con un equipo propio. Pero no hubo forma de ubicarlo. Tampoco respondió Álvaro Villar, ahora director del Hospital de Clínicas y gestor de la adquisición del electroencefalógrafo del Maciel, aunque había aceptado una comunicación. Por lo pronto, desde el año pasado Café Solidario dejó de colaborar con el Maciel por falta de interés de las autoridades, señalaron las fuentes, y enfocaron sus esfuerzos en apoyar al Ministerio de Desarrollo Social. Probablemente este no es el único caso en que equipos de alta tecnología duermen el sueño de los justos mientras se los sustituye con servicios tercerizados a privados. Pero el tema no desvela.
Pedir diagnóstico y no automedicarse
Yo tengo un sueño
La neuróloga Cecilia Orellana, presidenta de la Asociación de Sueño del Uruguay (ASSUR), prefirió no expedirse sobre la situación del electroencefalógrafo del Maciel. Consideró que «esa es una pregunta para las autoridades», aunque confirmó que este centro de salud y el Hospital de Clínicas, que ahora dirige Álvaro Villar, son los únicos que diagnostican los trastornos del sueño en pacientes del subsector público. En cambio, la experta optó por enfatizar la importancia del sueño para la salud y la necesidad de que las personas con dificultades para dormir no se automediquen y recurran a especialistas por un diagnóstico. «Desde ASSUR tratamos de incentivar que se interroguen las causas del insomnio y ver qué elementos patológicos aparecen que pueden estar infiriendo la presencia de insomnio. En ese sentido, hemos hecho varias jornadas de concientización para todos los médicos sobre la importancia del buen dormir y reconocer las patologías», señaló. Neurólogos especialistas en sueño y neumólogos (para el caso de los trastornos respiratorios del sueño) son, a su juicio, quienes deben ser consultados por los usuarios con dificultad para dormir. No obstante, le parece «muy importante valorar la importancia de dormir bien desde todo punto de la medicina, tanto desde la medicina de atención primaria como desde la medicina de especialización». Orellana declinó expedirse sobre las capacidades de los centros públicos y privados de salud para desarrollar estos estudios e investigaciones. La especialista remarcó, sin embargo, que dormimos durante un tercio de nuestra vida y que todo lo que ocurre durante ese lapso es fundamental para mantenernos en buen estado durante la vigilia. Dijo que una de las funciones fisiológicas más importantes del sueño es eliminar los productos de desecho que produce el cerebro durante su actividad diurna. En algunos casos, esto está vinculado con la demencia Alzheimer y con el sistema inmune, aunque no necesariamente una persona con problemas de sueño tenga que padecerlos. En todo caso, el sueño cumple una función reguladora del organismo y conviene seguir la siguiente recomendación: los niños necesitan dormir entre nueve y diez horas, los adolescentes entre ocho y diez horas, mientras que a los adultos se aconseja entre siete y ocho horas de sueño. «¿Cómo sabemos cuánto tiempo necesitamos para mantenernos saludables? Siempre depende de que tengamos un ciclo consolidado y de que cuando nos despertemos al día siguiente estemos frescos, descansados, resistentes y fuertes, sin fatiga y sin somnolencia diurna», concluyó.