El último cuplé - Semanario Brecha

El último cuplé

Audios de Whatsapp terminaron con un histórico del Carnaval expulsado de DAECPU.

Carnaval por Ombú.

El concurso oficial de Carnaval está en su apogeo, pero la polémica trascendió las tablas y la performance de los conjuntos. Unos audios filtrados en los que se escucha a José Morgade, ahora ex hombre fuerte de Daecpu, puso un manto de duda sobre la cristalinidad del concurso y sobre cómo se reparten los cada vez mayores ingresos de la fiesta de Momo.

La decisión causó sorpresa. José “Gato” Morgade, un hombre relevante en el Carnaval uruguayo, fue “desvinculado absolutamente” de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (Daecpu). El motivo: “Notorios incumplimientos al ejercicio de sus funciones laborales”. Morgade, ex director de La Reina de la Teja y hombre cercano al presidente Tabaré Vázquez, ejercía como secretario general, uno de los pocos cargos rentados dentro de la institución.

La decisión tenía una explicación: la difusión de audios de Whatsapp en los que Morgade hacía referencia a varios integrantes de Daecpu y del concurso oficial. Según el gremio, los audios lesionaban la moral de las autoridades de Daecpu, de los integrantes del jurado del concurso oficial del Carnaval y de jerarcas de la Intendencia de Montevideo (IM).

Los audios se entienden en el marco de un conflicto interno de Daecpu. En junio de 2018, Ariel “Pinocho” Sosa, propietario del conjunto de parodistas Zíngaros, apuntó contra Morgade por quedarse con dinero de los conjuntos. Sosa se refería al contrato de patrocinio entre Daecpu y Antel, por el cual el ahora ex gerente general cobró una comisión de 900 mil pesos.

Esa plata, según Sosa, debía repartirse entre los conjuntos, por lo que anunció que plantearía su crítica en asamblea. Pero un día antes de hacerlo fue suspendido por tres años y se le prohibió el ingreso a la sede de la institución. El argumento fue que Sosa incurrió en “una serie de incorrecciones” y “actitudes desajustadas”.

En este contexto, Morgade intentó congraciarse con el director de Zíngaros y sembró dudas sobre distintos integrantes de la fiesta carnavalera; los audios quedaron grabados y Sosa se los mostró a Eduardo Espert, hermano de Enrique, este último, presidente de Daecpu. Al poco tiempo, los audios explotaron en los celulares del gran público y sacudieron la interna de la institución, cuyas consecuencias aún se desconocen.

CONTRA TODOS. “¿Andás por ahí, Robert?” Morgade sabía de la molestia de Ariel “Pinocho” Sosa por su suspensión y pretendía calmarlo, decirle que no se preocupara. Para mostrar la confianza que existía entre ambos, lo llamó por su primer nombre, Robert. “Si querés que te haga levantar la suspensión, te la hago levantar. Ahora, en la próxima directiva, voy y les digo que si no se levanta la suspensión, me voy a la mierda. Ponele la firma.”

Y le dijo que tenía una solución para dejar atrás las diferencias: “¿Sabés cuál es la salida? Vos le pedís disculpas a (Carlos) Viana y a (Daniel) Carluccio, yo te pido disculpas a vos, que la calentura era por eso. Y los de Somos Carnaval, estos putos del sindicato, ¿sabés dónde van a acampar? A Durazno”.

Pero, sobre todo, apuntó a minimizar las críticas sobre los balances de la institución y el uso de los dineros colectivos. Y mencionó a Enrique “Cachete” Espert y a algunas personas de su entorno. “Yo te estoy hablando pa’ esgrimir cosas. Ahí, guita no creo que falte. Lo maneja la Carmen (Gentile, contadora de Daecpu), el Gordo (Ivar Solsona, tesorero) y Cachete; a mí no me dejan pasar ni por la tesorería.”

Más adelante, Morgade siguió con esa idea: “Lo de Carluccio, escuchame, fue una pajería. Lo de Carluccio fue una real pajería. Ahora, con el tema de la guita del balance, no creo que haya problema. No creo que haya problema, que sea tan tarada Carmen de hacer cagadas. Porque no le conviene a ella ni a nadie”.

Sin embargo, dejó entrever que, entre los principales asociados, había algunas situaciones poco transparentes: “Ahora, que haga negocios por fuera el Gordo, y bueno, es cosa de él, toda la vida hizo lo mismo. Digo todos, no él, todos. Pero no en Daecpu: en todos lados”. Esta sería la frase que generó su desvinculación de Daecpu y la que provocó que el domingo 16 fuera echado a los empujones del Teatro de Verano, momentos antes de que los humoristas Cyranos, grupo que integra su hijo, actuara en el concurso oficial.

Por estas horas, Morgade “se llamó a silencio, por respeto a todos los involucrados” y a la espera del momento indicado para dar su versión, dijo a Brecha un allegado. La misma respuesta dieron personas cercanas a Enrique Espert. La única versión, hasta ahora, es el comunicado en el que se oficializa la desvinculación.

PRESIONES. El concurso oficial del Carnaval suele terminar de la misma forma: los ganadores festejan, los perdedores se quejan. En este contexto, las denuncias de presiones al jurado o de supuesto favoritismo hacia un conjunto es parte del debate de todos los años. “Queda como un folclore, siempre existieron presiones y comentarios, pero uno es desconfiado porque ha visto millones de veces que conjuntos que rubro por rubro no debían ganar ganaban igual”, dijo el director de una murga a Brecha.

Los audios de Morgade abonan la idea de que estas cosas suceden. “Cuando termino con el Turco y con estos otarios del jurado, te llamo. Decime a ver si hay algún contrario ahí, que lo tengo que voltear antes de entrar. Y quedate tranquilo, que no te van a dar para atrás, no lo voy a permitir”, le dijo el ex director de La Reina de la Teja a Pinocho Sosa. Cuando se refería al Turco, hablaba de Gerardo Reyes, director de Eventos de la IM.

“Me duele cómo, desde un relato, se contamina el trabajo profesional y progresivo de seis meses que realiza una comisión honoraria para elegir a los jurados de Carnaval”, dijo Reyes a Brecha. Explicó que esa comisión está integrada por tres representantes de la IM y tres de Daecpu; la elección es por acuerdo, tras entrevistarse con los candidatos. “Me genera tristeza que se hable de ‘pongo y saco’, como si esto fuera un manejo de poderes, cuando es un proceso transparente”, señaló.

Reyes dijo que este asunto es un problema interno de Daecpu, que no afecta el concurso oficial del Carnaval. “El concurso sigue manejándose de una forma pura, con todas las garantías del caso. Esto no funciona como dice (Morgade) en el audio, no es así. El Carnaval no funciona más como se creía que funcionaba antes”, enfatizó Reyes.

En este sentido, el Sindicato Único de Carnavaleros del Uruguay (Sucau) pretende que en futuras ediciones exista un “veedor del jurado” designado por ellos. Según la presidenta del sindicato, Myriam Bertolini, eso daría garantía a los trabajadores, y aclaró que la ausencia de esa figura se da por la resistencia que produce en Daecpu, ya que existe “buen diálogo” con la IM.

CONFIDENCIAL. Esa fue la respuesta que recibió el Sucau al solicitar una copia del contrato entre Daecpu y Tenfield SA para la televisación del concurso oficial del Carnaval. El pedido fue, según el sindicato, lo que rompió el incipiente diálogo entre los trabajadores y Daecpu, cuyo interlocutor era Morgade.

Esa reserva sobre el contrato llega, incluso, a algunos propietarios de los conjuntos. Daecpu recibe unos 540 mil dólares, según publicó el semanario Voces a partir de una entrevista con Espert,1 en la que contó que Tenfield “tenía un contrato leonino” con Daecpu, que se extendía por cinco años y le otorgaba la posibilidad de empatar cualquier oferta que llegara en un futuro. Por eso, decidió romper el contrato y firmó un acuerdo con Televisión Nacional de Uruguay para trasmitir el Carnaval. Dos años después, la negociación fue distinta: “Quedé libre. Y llamé a licitación y se presentaron. La primera vez, cuando dejaron, me daban 42 mil dólares; ahora, me dan 540 mil dólares por el mes de Carnaval”.

En la reunión que se mantuvo con el sindicato, se habló de una cifra similar. Pero la realidad indica que, por televisación, los conjuntos reciben 50 mil dólares –el 10 por ciento del precio total–, lo que implica unos mil dólares por conjunto, más otros 500 dólares a quienes clasifican a la Liguilla. Ese dinero se paga a los directores solamente; los integrantes del conjunto no reciben nada.

Por eso comenzaron a organizarse para reclamar por sus derechos de imagen, en una movida similar a la del colectivo de futbolistas Más Unidos que Nunca. El contrato entre Daecpu y Tenfield vence en 2020 y hacia allí apunta el sindicato. La idea es que se realice un estudio de mercado –que Sucau ya comenzó– para saber cuánto dinero ingresa por la televisación del Carnaval, dijo Bertolini a Brecha.

Desde el sindicato se entiende que es a partir de esa cifra que se debería fijar un precio de venta, que contemple un porcentaje fijo por el derecho de imagen de quienes se suben a las tablas (“el Carnaval se televisa para todo el mundo y quienes ponen la cara no cobran un peso”, dijo un murguista a este medio). Incluso, el sindicato no descarta iniciar acciones legales ante la IM o la justicia para acceder al contrato.

PODEROSO CABALLERO. El Carnaval siempre fue un evento masivo, popular. Pero en los últimos veinte años se transformó, además, en un gran negocio. Se trata de una fiesta popular que mueve miles de dólares cada noche en los diferentes tablados de Montevideo; también en el Teatro de Verano, sede del concurso oficial.

El salto definitivo se produjo con la llegada de la televisación. “Ahí empieza a ingresar un dinero fuerte al Carnaval”, dijo el referente de un conjunto. El dinero proviene de los pagos de Tenfield SA, pero también de la venta de abonos, de entradas y de publicidad. Según el balance de Daecpu, los ingresos por el Carnaval 2018 fueron de 1.920.000 dólares.

Una parte importante de los recursos es obtenida por la participación de los conjuntos. Para presentarse a la prueba de admisión, un conjunto nuevo debe pagar 100 unidades reajustables por adelantado. Si el conjunto pasa la prueba, su director se convierte en socio-director, lo que genera beneficios a futuro, entre ellos, que puede presentarse al año siguiente sin costo. Quien no pasa la prueba de admisión, al otro año debe volver a pagar la cuota. Los conjuntos que no pertenecen a Daecpu no pueden participar del concurso oficial.

Pero el grueso de los ingresos llega desde el Estado. Una parte importante es gracias a la cesión del Teatro de Verano, que realiza la IM, coorganizadora del concurso oficial. El convenio firmado entre la IM y Daecpu –que se renueva todos los años– señala como política del Departamento de Cultura de la comuna “fomentar la autogestión artístico-financiera de las actividades”, para lo cual se le otorgan a Daecpu diversos beneficios, entre otros, la “libre disponibilidad de las imágenes” de la prueba de admisión y del concurso oficial, por lo que “podrá enajenar los derechos de televisación a quien/es lo estime conveniente”. La IM se reserva la posibilidad de lograr acuerdos con quien adquiera los derechos para la retrasmisión del Carnaval a través de TV Ciudad, canal oficial de la Intendencia.

Además, Daecpu tiene a su cargo la gestión y adjudicación de los espacios destinados a la publicidad estática del Teatro de Verano –salvo un 5 por ciento dentro y fuera del escenario que pertenece a la IM–; lo mismo sucede con la plaza de comidas y la venta de entradas. A cambio, debe hacerse cargo del armado del escenario y de la contratación de los técnicos (sonidistas, iluminadores, acomodadores) y del personal de seguridad del evento.

A esto se le suman los aportes realizados por otros organismos del Estado, como Antel y Ancap. A modo de ejemplo, según la respuesta a un pedido de informes elevado por la diputada Valentina Rapela (Partido Colorado), en 2015 y 2016, Ancap le pagó 20 mil dólares cada año a Daecpu por concepto de espacio de publicidad en el Teatro de Verano y en Rondamomo.

1.   Véase Voces, 21-III-16.

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Juicios laborales

Uno de los temas planteados por el sindicato de carnavaleros en sus dos reuniones con la Comisión Directiva de Daecpu se refiere a los incumplimientos salariales que, en un caso, llega a los 200 mil pesos. En ambas reuniones, se trasmitió que el asunto sería considerado, pero nunca se obtuvo una respuesta, dijo Bertolini a Brecha.

Por este motivo, el gremio decidió iniciar decenas de procesos de conciliación en el ámbito de la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) para reclamar los adeudos. En varios casos, la negociación fue exitosa: se reconoció la deuda y se presentó un cronograma de pagos, algunos de los cuales ya se concretaron. Pero otras situaciones siguen sin respuesta.

Uno de los casos más notorios es el de la murga Momolandia, cuyo director Óscar Díaz no compareció ante la Dinatra; la murga, con importantes deudas salariales, decidió no participar del Carnaval 2019. En este sentido, el Sucau analiza presentar una demanda ante la justicia laboral por cada uno de los trabajadores que no fue resarcido, afirmó Bertolini.

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