La posición de las extremidades es extraña, poco natural. Caminan fuera de sí, sin reconocer el mundo exterior, muchos caen al piso y siguen haciendo movimientos bruscos. Internet está plagado de videos de personas bajo los efectos de la llamada droga zombi. El uso clandestino y adulterado del fentanilo es una emergencia sanitaria en algunos países, como en Estados Unidos.
En el marco de la asunción del nuevo Poder Ejecutivo, el ministro de Justicia italiano, Carlo Nordio, mantuvo una reunión con el exfiscal de Corte y actual prosecretario de la Presidencia, Jorge Díaz. Allí, y según informó Búsqueda (6-III-25), Nordio advirtió que el tráfico de drogas ilegales es cada vez más fuerte y que el fentanilo es «una bomba atómica» frente a la que hay que tener especial cautela. Advirtió que es posible que llegue a Uruguay.
Actualmente y desde hace varios años, el uso del fentanilo en Uruguay está restringido a los centros de salud: se utiliza para anestesiar a los pacientes antes de una intervención quirúrgica. La docente titular del Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Melina Pan, explicó a Brecha que se trata de un opioide sintético sumamente efectivo y necesario para el uso médico. La especialista afirma que, de momento, la droga no es un problema en Uruguay. Pero hay algunos casos que preocupan a las autoridades.
USOS
El fentanilo en los hospitales se utiliza generalmente a través de ampollas. Estas se diluyen en sueros fisiológicos y son administradas de forma intravenosa a los pacientes. Así se ceda a las personas y se anestesia todo tipo de dolor. Además, existe una versión en parches, que permite aplicar dosis mínimas y se puede colocar directamente en la zona afectada. Los parches son la forma de recetar fentanilo a domicilio, pero solo algunas especialidades lo utilizan, como por ejemplo en los tratamientos oncológicos u otros que necesiten aliviar dolores óseos. Estos parches se adquieren en las farmacias, tanto en los mismos hospitales como en locales del circuito comercial. Sin embargo, Pan detalló que no todos los hospitales cuentan con esta presentación.
En cuanto al comercio clandestino de fentanilo, la especialista afirmó que en Uruguay no es un problema al día de hoy. «No tenemos conocimiento de que circule a nivel clandestino. No hemos tenido ningún intoxicamiento y tampoco consultas en el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico [CIAT]», aseguró.
La toxicóloga dijo que la emergencia sanitaria por la que atraviesa Estados Unidos preocupa a autoridades y médicos uruguayos ante un posible ingreso de la droga al país. Pan explicó que se trata de la segunda camada de drogas sintéticas; la primera ocurrió a raíz de la difusión de las llamadas sales de baño (o monkey dust), un conjunto de sustancias que provocaron una tensión en el sistema de salud europeo en 2011.
El fentanilo «es diez veces más fuerte que la morfina y 50 veces más potente que la heroína», destacó Pan. Al tratarse de un opioide sintético, en Estados Unidos lo fabrican en laboratorios clandestinos y lo adulteran con otros sedativos o antialérgicos. Las presentaciones de venta pueden variar desde comprimidos hasta polvo y es una droga muy económica de fabricar y vender. Quienes la consumen sienten somnolencia, rigidez muscular y un estado de estupor. En casos de sobredosis, la persona puede llegar al coma, la falla respiratoria y la muerte.
En Uruguay solo se ven sobredosis de esta droga en contextos intrahospitalarios. Esto sucede comúnmente por errores de cálculo a la hora de administrarla. En esos casos, se da aviso al CIAT y se administra el antídoto: naloxona. «En países donde se ve frecuentemente intoxicación por este tipo de drogas existe la naloxona hasta en espray, que se les da a los pacientes dependientes para que puedan salir rápidamente del estado de intoxicación», explicó Pan.
FUGAS
En el Hospital del Cerro es común que cada turno haga un conteo de ampollas de fentanilo y de otras drogas de uso diario en los blocks quirúrgicos. Sin embargo, un día, en octubre de 2024, en el recuento se notificó que había un faltante de varias ampollas. Guillermo Avellanal, director del centro, comentó a Brecha que, para no alertar a quien había robado las ampollas, en vez de hacer una investigación administrativa, dieron aviso a la Policía y se dispuso un operativo a cargo de la brigada antidrogas. A instancias de ese despliegue, encontraron al funcionario que había sustraído las ampollas y descubrieron que también había robado en Maldonado y Rocha. El funcionario fue suspendido. Además del recuento diario, el hospital cuenta con cámaras que filman a la persona que retira fentanilo por delante y por detrás, para poder identificarlo y seguir el recorrido que hace con la sustancia. En este caso, el robo fue para uso personal. «Hay muchos robos y en muchos hospitales, tanto en públicos como en privados, y siempre roban para uso personal», destacó Avellanal.
Por otro lado, a fines de octubre también se detectó un faltante de al menos 12 ampollas del block quirúrgico del Hospital Maciel. Gerardo Eguren, director del hospital, explicó a Brecha que aún se encuentran investigando el caso, tanto la fiscalía –en manos de Rodrigo Morosoli– como el propio hospital, a través de una investigación interna. Eguren afirmó que todavía tienen que declarar unas 50 personas y que está pendiente una revisión de todas las cámaras de seguridad. En el registro fílmico se puede ver a varias personas sustrayendo la sustancia, pero solamente se los puede ver de espaldas, por tanto, aún no son identificables. Además, Eguren explicó que esos videos no son una prueba suficiente como para afirmar que los funcionarios estuvieran robando fentanilo, sino que tal vez simplemente lo sustrajeron para utilizarlo en el tratamiento de algún paciente internado.
Según el Informe de Datos del Consumo de Opioides en Uruguay correspondiente al año 2023, los opioides más consumidos en el país para el tratamiento médico del dolor son la morfina y el fentanilo. Según un pedido de acceso a la información pública realizado por el semanario, la cantidad de fentanilo destinado a consumo médico en 2021 fue de 111,5875 gramos, mientras que en 2022 ese número aumentó a 341,4153 gramos.