En un futuro, quizás - Semanario Brecha

En un futuro, quizás

Mateo Vidal (1990 - 2018)

No voy a decir que las palabras no entienden lo que pasa. Hay muchas palabras que se agolpan para ilustrarlo todo: amistad, libros, discos, películas, reuniones, ideas, chistes, chismes, y luego cáncer, quimioterapia, entereza, sonrisa.

Una sonrisa que te queda tan bien, tan sinceramente dispuesta en esa cara despejada de persona buena, inteligente, humilde, y valiente, muy valiente.

No hablo de vos en pasado, no puedo. En mi cabeza todo es muy fresco, muy vivo: “Qué linda batería que te regaló Mariana, ¿no querés ser baterista en mi banda?”. “No, Fabo, tengo que ensayar más. En un futuro, quizás…”

Tu voz me sigue resonando: me decís que te embola que los porteños sean “pogueros” para todo, que cuando fuiste a Buenos Aires con Mariana a ver a Radiohead, tu banda favorita, ellos agitaban y coreaban “ohhh” siguiendo la línea melódica de las canciones, como si fuera Messi el que estuviera allí arriba, eludiendo varios jugadores antes de encajarla en el ángulo contra las redes rivales, y no quienes realmente estaban: Greenwood embadurnándote el cuerpo de sonidos vivos e intensos, y Yorke deshaciendo tu alma con falsetes que pegan hondo en el pecho. Sin embargo, la otra orilla siempre la tenés presente: estás cada día más preocupado por el presente de las editoriales y librerías de Argentina, que desaparecen, que dan pérdida.

Una tarde de gula te mandé una foto con todo lo que me había comprado para comer de postre, y te pedí tu opinión. “En caso de que te vayas a comer todo eso ahora, Fabo, el orden sería: primero los ojitos, luego el alfajor, después el conito, y finalmente la meriendita Sote: con Mariana somos muy fans.”

Mateo Vidal, el mismo nombre del primer periodista criollo de la patria, ese que el 23 de octubre de 1815 tuvo el aval de Artigas para que su “Prospecto oriental” formara parte del proyecto letrado hacia la independencia. En homenaje a aquel acontecimiento, en 1990 se designó por ley que el 23 de octubre fuera el Día del Periodista en Uruguay. Ese año, ese octubre, eras un bebé que había llorado por primera vez. Tu destino periodístico casi venía signado, y lo agradeceremos siempre.

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