La participación de Estados Unidos en la deriva autoritaria es un aspecto poco conocido de la época predictatorial uruguaya. Documentos desclasificados de ese país revelan que, en virtud de un acuerdo entre el Departamento de Estado y el gobierno uruguayo, a partir de 1965 se estableció en Montevideo un programa estadounidense de contrainsurgencia que en 1968 armó, adiestró y coordinó a la Policía uruguaya en la represión de manifestaciones, huelgas y ocupaciones.
Las armas que mataron a Hugo de los Santos y Susana Pintos.