Estafa planetaria - Semanario Brecha

Estafa planetaria

Volkswagen, el mayor fabricante de vehículos del mundo, admitió lo inadmisible: haber diseñado e instalado un software programado para activar los controles de contaminación únicamente cuando los coches estaban siendo sometidos a las pruebas de emisiones. Cuando los coches salían a la calle, el software permitía la contaminación.

Peter Mock es director de la hasta ahora poco conocida organización ambientalista Clean Transportation. Como informa Bloomberg L P, el año pasado Mock se propuso investigar y hacer pruebas en los vehículos con el objetivo de demostrar que los controles de emisiones contaminantes en Europa eran menos exigentes que los de Estados Unidos. Pretendía mostrarles a los gobiernos europeos que era posible y necesario endurecer las pruebas. Fue así que sólo por casualidad destapó una caja de Pandora: colocando en el maletero de varios autos un sistema portátil de medición de emisiones que le prestó la Universidad de West Virginia, analizó directamente los humos que salían de sus caños de escape. Con total consternación llegó a la conclusión de que cuando circulaban normalmente ciertos modelos de Volkswagen emitían hasta 40 veces más cantidad de gases contaminantes que lo permitido por la normativa.
Mock informó sobre lo sucedido a la Agencia de Protección Ambiental (Epa, por sus siglas en inglés), la que continuó con la investigación. En un comienzo sólo hubo negaciones y desmentidos por parte de Volkswagen, pero la Epa aportó pruebas demasiado contundentes como para ser desestimadas. Luego de varias idas y vueltas, la compañía finalmente admitió lo inadmisible: haber diseñado e instalado un software programado para activar los controles de contaminación únicamente cuando los coches estaban siendo sometidos a las pruebas de emisiones. Cuando los coches salían a la calle, el software permitía la contaminación.
Volkswagen, el mayor fabricante de vehículos del mundo (el año pasado había superado a la japonesa Toyota en ese primer puesto) reconoció haber vendido 11 millones de vehículos con el software de emisiones trucado. La compañía lograba sortearse normas ambientales y, como se informó el martes 23, desembolsará 6.500 millones de euros para hacer frente a los daños ocasionados. En Estados Unidos la compañía debe enfrentar además posibles acusaciones penales a sus ejecutivos, y el desgaste de su imagen provocó una caída del precio de sus acciones en la bolsa, que durante la primera semana del escándalo fue de un 35 por ciento, y este lunes de un 7,3 por ciento más.

Los países europeos estudian la cantidad de vehículos Volkswagen con motores diesel y software trucado que poseen en estos momentos, y el ministro alemán de Transportes, Alexander Dobrint, admitió recientemente que en su país hay unos 2,8 millones de autos en estas condiciones. La justicia alemana abrió una investigación por fraude contra la compañía, que involucra principalmente a su ex presidente, Martin Winterkorn, quien renunció la semana pasada. El gobierno español reclama 1.000 euros de compensación por vehículo trucado vendido en su país, y prohibió que los autos en stock que tienen incorporado el motor Euro5 diesel continúen a la venta.

Aún está por verse a qué países fueron a dar esos 11 millones de autos (Francia es uno de los principales compradores), y si realmente fueron 11 millones o muchos más.

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