Un informe del Foro de Davos sobre desigualdad de género colocaba en 2013 a Japón en un vergonzoso puesto 105, justo entre Camboya y Nigeria, en una lista de 136 países. Se trata de uno de los pocos países que han implementado en el metro los vagones sólo para mujeres, como resultado de los constantes abusos y manoseos ocurridos en las horas pico. Para estar a salvo de este perpetuo acoso masculino, también fueron creados los cafés femeninos, en los que ellas hasta pueden dormir reconfortantes siestas sin que nadie las moleste.
Según informa El País de Madrid, un estudio del gobierno de Japón que se hizo público este 1 de marzo concluye que más de un tercio de las mujeres japonesas de entre 25 y 44 años ha sufrido acoso sexual en su trabajo, por ser sometidas a contactos físicos no deseados o recibir comentarios degradantes. Según el detalle, fueron 9.600 las encuestadas, quienes actualmente se desempeñan en un trabajo o que estuvieron empleadas anteriormente. De las víctimas, un 40 por ciento experimentó tocamientos inadecuados por parte de sus compañeros varones, y un 17 por ciento fueron presionadas para mantener una relación sexual con ellos. Un 63 por ciento de ellas dijo haber guardado silencio con respecto a lo que le sucedió y cerca de un cuarto de las encuestadas señaló que el acosador había sido su superior inmediato. De las que denunciaron la situación, una de cada diez fueron despedidas de su trabajo, o directamente ignoradas.
Ahora el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, preocupado por la economía japonesa, planifica reactivarla incorporando más mujeres a las filas laborales: Japón es hoy un país envejecido cuyo número de personas aptas para trabajar podría caer a la mitad en 2060. El estudio sobre acoso sexual, el primero con estas características, fue llevado a cabo por el Ministerio de Trabajo, Salud y Bienestar japonés, como parte de una iniciativa por la cual las autoridades intentan mejorar la inserción laboral de la mujer. Pero los resultados del estudio no parecerían precisamente estar ayudando a sus intereses, ya que han dejado en evidencia el feroz machismo de la sociedad japonesa y las dificultades con las que las mujeres se encuentran al ingresar al mundo laboral.
Otras cifras reafirman la situación: apenas un 3,5 por ciento de los puestos gubernamentales de alto rango son ocupados por mujeres, y en el sector privado la cifra es del 8 por ciento. Según informa El Mundo, se intenta que para el 2020 un 30 por ciento de los puestos gubernamentales de alto rango estén ocupados por mujeres, pero esos números ya son vistos por algunos analistas como algo inalcanzable.