Gol a boca de urna - Semanario Brecha

Gol a boca de urna

Breve ensayo acerca de cómo las diversas fuerzas políticas podrían aprovechar los logros futbolísticos para crecer en las encuestas.

Diego Lugano y José Mujica en la Torre Ejecutiva. Foto: PRESIDENCIA

Que el estado de ánimo de los pueblos y sus gobernantes está muchas veces atado a los resultados deportivos no es algo que esté en tela de juicio. Muchos recordamos la denominada Guerra del Fútbol que estalló allá por 1969, luego de que El Salvador dejara afuera a Honduras de la Copa del Mundo de México en serie que se estiró a tres partidos. “¿Nos dejaron fuera del Mundial? Pues bien: a las armas”, gritaron a viva voz los ancestros de Tyson Núñez, Saúl Martínez, Júnior Izaguirre, José Velázquez y todos esos futbolistas hondureños que sabrían brillar en nuestras canchas.

Incluso hay quienes afirman que el golpe de Estado que terminó con la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen en la hermana República Argentina mucho que ver tuvo con la derrota albiceleste en la final del primer campeonato mundial (pasó poco más de un mes entre una cosa y otra). A Hipólito no le perdonaron haber sucumbido ante una provincia.

En algunos casos el vínculo ha sido aun más directo. Mucho se ha escrito sobre cómo las dictaduras argentina y uruguaya pretendieron apoyarse en el fútbol para ganar en la cancha el apoyo popular que perdieron o jamás tuvieron en los demás ámbitos. Así fue que los dictadores argentinos organizaron un Mundial, y los nuestros –a nuestra escala– un Mundialito. Ambos seleccionados locales consiguieron el triunfo, pero la gente fue lo suficientemente perspicaz para separar los tantos. Festejar los goles de Kempes y Victorino no suponía necesariamente un apoyo a regímenes destinados a sucumbir.

Sin embargo, cuando la dicotomía no es democracia/dictadura sino izquierda/derecha (o todas las variantes del espectro que se quiera mencionar), cuesta más despegar a los líderes políticos de los logros deportivos registrados durante sus respectivas administraciones.
En los años noventa, mientras nuestro fútbol daba pena en todos los órdenes posibles (desde lo deportivo hasta la indumentaria, aquellas camisetas marca “nr” con los cuadraditos y rombitos y el short azul), teníamos a Gustavo Trelles como máxima figura de nuestro deporte. Y hablar de Trelles era hablar de Ancap. Que sus cuatro campeonatos mundiales de rally (Grupo N) hayan llegado entre 1996 y 1999 lo sitúan como uno de los mejores exponentes del segundo sanguinettismo. Pasó lo mismo en 2000 con el triunfo de Wynants, para muchos el logro más destacado del gobierno de Jorge Batlle. No en vano todos recordamos aquel spot de campaña denominado “Jorgito lo hizo”, en el que el listado abarcaba desde la medalla olímpica del Milton hasta el triunfo ante Australia en el repechaje de 2001, y que terminaba con Jeff Granger diciendo “We are fantastic” a la cámara.
Podrán decirnos que un gobierno no debería adjudicarse los logros futbolísticos por una razón básica: la Fifa no permite que el Estado intervenga en las decisiones de la federación de su país, bajo amenaza de dejar al país en cuestión sin competición oficial. Y como no hay nada que haga más felices a los pueblos que jugar un Mundial, el Estado opta por adoptar una posición generalmente pasiva.

Sin embargo, uno imagina que detrás de toda selección campeona del mundo hay un Estado que decide apoyarla, ya sea con infraestructura o con políticas tendientes a maximizar las posibilidades de generar futbolistas cada vez mejores. De otro modo no se entendería que los jugadores argentinos saluden desde el balcón de la Casa Rosada, o que Mujica se haya subido al escenario junto al también ex guerrillero Gorzy el día que los muchachos celestes llegaron desde Sudáfrica.

El Frente Amplio captó perfectamente esta realidad, y en su emotiva campaña denominada “Uruguay cambió en mí” incluyó al velocista Andrés Silva entre quienes brindan su testimonio. Aquel que durante segundos fue medallista olímpico para el doctor Da Silveira (que por entonces no conocía la filiación tupacomunista del atleta tacuaremboense), nos cuenta –palabra más, palabra menos– cómo el apoyo que ha recibido del Estado le ha permitido competir a nivel internacional y obtener así excelentes resultados. No sé usted, pero yo la próxima vez que vea correr a Andrés lo imaginaré de rojo y con una hoz y un martillo en el pecho.

La pregunta es: ¿por qué el Frente Amplio no eleva más la mira y va por lo que realmente le cambió el estado de ánimo a los uruguayos durante estos últimos años? Ni la baja de la pobreza, ni la del desempleo, ni los consejos de salarios ni los avances en materia de derechos o el Plan Ceibal lograron el efecto revitalizador de los triunfos de la selección uruguaya de fútbol.

¿No sería más redituable electoralmente tener a un Luis Suárez afirmando que si pierde el Frente Amplio barajaría la chance de renunciar a la selección? O un Óscar Washington afirmando algo así como “yo sé lo que es jugar un Mundial con un gobierno blanco, y le aseguro: no se lo deseo a nadie”.

A continuación, compartimos algunas ideas para posibles spots políticos, para todas las tiendas, porque no nos casamos con nadie.

1. Exterior, noche. Serie Volver al futuro.
Científico: “Vengo del año 2020, y no sabés…: no clasificamos más a los mundiales. En 2017 perdimos el repechaje con Jamaica, y lo que es peor: para 2022 ya no hay repechaje. Y si sos hincha de Nacional, sabelo: sigue Ache de presidente y Rafa García de zaguero. Si sos de Peñarol, ni te digo: Carlitos Núñez entrena diferenciado por una sobrecarga en el posterior”.

2. Interior. Plano corto. Pablo Mieres le habla a la cámara. De fondo se ve el gol de Gerardo Miranda a Velichco en el 87, y el que se hizo Biglianti en las finales de 2008.
Mieres: “Somos la otra izquierda. Somos el Defensor Sporting de la política, pero sin Cubilla, que mucho la izquierda no le gustaba. Y te lo digo yo, que soy hincha de Nacional. En octubre, danos tu voto. Si ganamos, damos la vuelta olímpica al revés con Ramos, que no es el Chicharra, pero que tira unos centros bárbaros”.

3. Interior. Pedro Bordaberry le habla a la cámara.
Pedro: “¿No estás cansado de festejar cuartos puestos o finales perdidas por los juveniles? ¿Sabés cuál es el partido que le ha dado más triunfos al fútbol uruguayo? Yo, dos mundiales, dos oros olímpicos y 12 Copa América. ¿Y vos?”.
Locutor: “Para volver a vivir una vuelta olímpica en paz, Pedro presidente”.

4. Exterior. Remix del spot rapeado de Lacalle Pou.
Canta Lopecito:

“Nueva esperanza, gran ilusión.
Plantémonos fuerte, avancemos despacio.
Bonomi, out,
twiteó el Bocha Cardacio.

Queremos hacerlo, estamos preparados,
a Usa no fuimos por los repatriados.
Dejemos de pensar que todo está mal,
comprate un par de palcos en el gran Parque Central.

Unir esfuerzos, ser positivos,
saquemos a Tabárez, sobran los motivos.
Soplan nuevos vientos, ojalá los aproveche,
¿decís que no te gustan los rulos de Arbeleche?

Si andamos mal, nos avisan”

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Las frases de la semana 1

Por Lubo Adusto Freire

“Dios no quiere cosas chanchas. Danubio tanto insistió con que no se veía nada desde ahí, que al final bajó una niebla terrible y nadie vio nada. Lo que para la gente de Danubio terminó siendo una ventaja.”
Eduardo Ache en 13 a 0, 810 AM, 15-IX-14.

 

“Olivera es un mala leche. Yo por ahí podía llegar a rastrillarte una cadena, pero jamás lesioné a un colega.”

Carlos Sánchez en A Fondo, 1010 AM, 16-IX-14.

 

“Esta vez me pegaron, no me lesioné solo, lo juro.”
Carlos Núñez en Tirando Paredes, 1010 AM, 17-IX-14.

 

“Vamos a tener que rever algunas cosas en nuestro fútbol. Antes llegabas a los descuentos con el partido empatado y un jugador se caía en el área, y era penal. Ahora no sólo no lo cobran sino que te lo amonestan. Veremos si con el nuevo ejecutivo eso puede empezar a cambiar.”
Juan Pedro Damiani en Último al arco, 890 AM, 16-IX-14.

 

“Acá todos dicen lo que se le canta el culo.”
Alberto Kesman, ceremonia de los Iris, 17-IX-14.

 

“Acá todos dicen lo que se le canta el culo a Casal.”
Juan Carlos Scelza, ceremonia de los Iris, 17-IX-14.

 

1. Antes de repetirlas en una reunión social, chequee.[/notice]

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