La última llamada del autoproclamado presidente venezolano, Juan Guaidó, para protestar en el marco de lo que denomina “Operación Libertad”, realizada el sábado 5 de abril, no fue muy concurrida. Evidentemente su poder de convocatoria ha venido disminuyendo. El derrocamiento del mandatario Nicolás Maduro, que parecía inminente en el mes de enero, hoy parece lejano. El sorprendente ascenso de Guaidó ya parece debilitado.
Es lógico el reflujo de la oposición en las calles. Las expectativas
generadas a comienzos de año sólo podían mantenerse si sus acciones, y
especialmente las de Estados Unidos, producían divisiones internas en el
chavismo y ejercían una presión terminal. Al día de hoy, nada de esto ha
pasado. El chavismo tampoco tiene mucha capacidad de convocatoria, aunque la
que conserva ...
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