La ayuda militar a Ucrania y los intereses armamentísticos - Semanario Brecha
La ayuda militar a Ucrania y los intereses armamentísticos

Guerras y ganancias

Antes que cualquier gobierno, los vendedores de armas y los mandos militares son los más beneficiados por la tensión en Europa del Este.

Soldado ucraniano en la región de Donetsk, 16 de febrero Afp, Anatolii Stepanov

El Senado estadounidense se prepara para llegar a un acuerdo bipartidario que aumente la ayuda militar a Ucrania. Las desavenencias entre demócratas y republicanos acerca del tipo y el ritmo de las sanciones que se deberían aplicar a Rusia hicieron fracasar, la última semana, un proyecto de ley consensuado que reunía ambas medidas (ayuda militar a Kiev y sanciones a Moscú). Sin embargo, los dos partidos esperan abrir pronto las esclusas para inundar Ucrania de armas estadounidenses a través de una «medida de gasto estatal de mayor alcance temporal», que se sumará a «la asistencia militar letal que ya ha sido autorizada como parte de la legislación previa», según informó Politico este jueves.

Las propuestas redactadas hasta ahora muestran cuán de acuerdo están en este tema republicanos y demócratas. Un reciente proyecto de ley patrocinado por el partido de Donald Trump autoriza 386 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania. Una iniciativa similar, impulsada por los liderados por Joe Biden, autoriza 500 millones de dólares para el mismo propósito. Además, ambas propuestas incitan al presidente a usar «en la máxima medida posible» su autoridad especial para disponer de las reservas de ítems militares, que le permite transferir armas y otros elementos a ejércitos no estadounidenses. Asimismo, los dos proyectos instruyen al Pentágono a canalizar sus «artículos de defensa excedentes» hacia Ucrania.

Otro proyecto republicano permitiría un acuerdo de préstamo y arrendamiento con Kiev para que la Casa Blanca transfiera aún más armas sin necesidad de dinero ucraniano o del Congreso. La propuesta demócrata, en tanto, también apoya préstamos directos de equipos de combate a Ucrania, aunque en forma más limitada que la versión republicana.

Al sumarse a las que ya han sido aprobadas, las iniciativas de ayuda militar a Ucrania, actualmente a consideración, convertirían a ese país en el tercer mayor receptor anual de ayuda militar estadounidense (solo superado por Israel y Egipto), independientemente de si la versión finalmente promulgada se inclina más hacia el lado de las propuestas republicanas o hacia el de las demócratas. Lo cierto es que, de aceptar los proyectos del oficialismo, el apoyo militar estadounidense a Ucrania se triplicaría en comparación con el año pasado.

¿SE EVITARÁ LA GUERRA CON MÁS ARMAS?

La justificación del Congreso para transferir estas armas es que disuadirán una invasión rusa y, si no lo logran, al menos permitirán que Ucrania se defienda con éxito. No parece creíble: el propio Biden reconoció el 19 de enero que, «militarmente, la superioridad de Rusia sobre Ucrania es abrumadora». Los analistas de la Rand Corporation Samuel Charap y Scott Boston han demostrado cómo la brecha entre los dos ejércitos es demasiado amplia para ser superada incluso por la avalancha de armas que el Congreso planea autorizar. A pesar de la insistencia de la mayoría de los congresistas y del establishment diplomático estadounidense, el resultado de una guerra entre Rusia y Ucrania no dependerá de la ayuda militar de Washington. Tampoco dependería de ella la decisión de Rusia de iniciar tal guerra. Cualesquiera sean los inconvenientes que las armas estadounidenses representen para las fuerzas rusas, no serían nada frente a los costos que Moscú debería soportar si, al mismo tiempo que patrocina una invasión terrestre, recibe una lluvia de sanciones económicas.

A pesar de esa inutilidad de un nuevo paquete de ayuda militar en términos prácticos, el flujo de armas previsto aumenta la tensión en la región, según ha argumentado recientemente Marcus Stanley, director del Instituto Quincy, un think tank conservador con sede en Washington. Teniendo en cuenta los riesgos asociados con la proliferación de armas en general, el mejor efecto que puede tener la decisión de darle más armas a Ucrania es no tener ningún efecto.

Bajo esta luz, los únicos beneficiarios claros del consenso armamentístico en el Congreso son los fabricantes de armas y el Pentágono. El proyecto de ley de los demócratas autoriza «500 millones de dólares, como autorización de asignaciones suplementarias de emergencia, para asistencia financiera militar extranjera a Ucrania». Traducido, esto significa darle a Ucrania una tarjeta de regalo por valor de 500 millones para comprar armas exclusivamente a las empresas estadounidenses.

Al mismo tiempo, tanto la legislación patrocinada por los demócratas como la apoyada por los republicanos ordenan al Pentágono a transferir armas extraídas directamente de sus propios stocks. Esto les brinda una oportunidad conveniente a los militares estadounidenses para actualizar su arsenal justo en momentos de definición presupuestal para el año fiscal 2023. El Pentágono probablemente instará al Congreso a comprarle versiones más nuevas de las mismas armas que enviará a Ucrania, como ya hecho en otras ocasiones.

(Publicado originalmente en Jacobin. Traducción y titulación de Brecha.)

La esperanza de Raytheon

Entre los que discuten abiertamente las ganancias que se pueden esperar de este conflicto se encuentra Greg Hayes, el director ejecutivo de la empresa estadounidense Raytheon, uno de los fabricantes de armas y proveedores de servicios de inteligencia más grandes del mundo.

Durante una aparición el 25 de enero en la cadena CNBC, uno de los conductores televisivos le preguntó: «¿Tenemos algo que haga que enviando 8 mil soldados estadounidenses a Ucrania podamos detener a 103 mil soldados rusos?». «Obviamente, tenemos algunos sistemas de armas defensivas que podemos suministrar y que podrían ser útiles, como el sistema de misiles Patriot», respondió Hayes. Y agregó: «Tenemos la tecnología para ayudar en estos enfrentamientos, ya sean sistemas Patriot o sistemas de radar». Hayes sugirió, además, que las armas de Raytheon podrían ser un factor disuasivo para prevenir la guerra: «Una fuerte defensa es un elemento disuasorio para tratar de evitar que cosas como esta se salgan de control. La esperanza es que no terminemos con una guerra desatada y, si lo hacemos, que sea costosa para ambos lados».

¿Acaso Hayes aprovecha las tensiones en Ucrania como una oportunidad publicitaria para su empresa? Atendamos a su participación en la última conferencia telefónica sobre las ganancias de Raytheon, el 25 de enero. Allí Hayes incluyó «las tensiones en Europa del Este» entre los factores que traerán nuevas ganancias a la compañía. «Solo tenemos que mirar la semana pasada, en la que vimos el ataque con drones en los Emiratos Árabes Unidos. Y, por supuesto, las tensiones en Europa del Este, las tensiones en el Mar de China Meridional, todas esas cosas están ejerciendo presión sobre los gastos de defensa de esos lugares. Así que tengo plena confianza en que veamos algunos beneficios.»

 (Fragmento tomado de In These Times. Traducción de Brecha.)

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